13 AÑOS DE CRÓNICAS EN ‘CATALIBANES’ 

30 de agosto de 2010

Odio, luego existo

Anda la secta echando espuma por la boca, encolerizada con el flamante presidente del Fútbol Club Barcelona, Sandro Rosell. Los panfletos subvencionados se caen de mensajes de los lectores cuajaditos de soeces improperios contra él y de notificaciones de socios que han decidido, al instante, dejar de serlo. Pero, ¿qué horrenda falta ha cometido nuestro vilipendiado protagonista? ¿Endeudar a la entidad mediante irregularidades económicas, como otros? ¿Colocar a sus amantes dentro del club con sueldos astronómicos en cargos improvisados, como otros? ¿Mantener negocios turbios con tiranías de países de la antigua URSS, como otros? Nada de eso. Algo muchísimo más grave: se ha dirigido en español a las peñas en su 31º congreso mundial.

Utilizar el idioma de los invasores castellanos no merece perdón de ninguna clase. De las 1.343 peñas del equipo azulgrana, la inmensa mayoría están fuera de Cataluña. Pero eso da igual, se les habla a todas en la lengua de Joan Laporta y si no la entienden, ¡que se aguanten! Que contraten y paguen a unos traductores, como ha hecho el Senado español con el dinero de nuestros impuestos.

Varios fóbicos incluso se han apresurado a montar una página en Facebook bajo el caritativo nombre de Yo también odio a Sandro Rosell, nutrida ya con ciento cinco adheridos sin mayor entretenimiento en sus vidas.

Y es que odiar y quejarse es lo que mejor saben hacer los separatistas. Lo único, en realidad. Cualquier día nos aparecen con la palabra “odio” tatuada en el puño, entre los nudillos, una letra en cada dedo, como Robert Mitchum en la película El cabo del terror. Aunque dada su arraigada aversión al español se la tendrían que tatuar en inglés, hate. Porque el vocablo catalán odi consta de sólo tres caracteres y tampoco es cuestión de cortarse un meñique en plan yakuza para cuadrar la cosa, que además el valor no es rasgo distintivo de los del fascio barretinado.

Hace mucho tiempo, el humorista Pedro Ruíz —por quien no siento excesiva simpatía— sentenció que efectivamente el Barça era «más que un club»: un puticlub, con muchas estrellas internacionales y donde las copas costaban muy caras. En lo que, desde luego, sí ha quedado convertido es en una oficina del secesionismo por obra de alguno que lo instrumentalizó para su beneficio y promoción política personal.

3 comentarios:

  1. En el blog del partido de Laporta se amenaza a Albert Rivera con "un tiro en la nuca" y se pide el regreso de Terra Lliure

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  2. Estan para encerrar, "son personas"enfermas por el odio que sienten, seguro que ninguno tiene ni un minimo de cultura e inteligencia, sus vidas tienen que ser muy tristes, me dan pena...

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  3. Pues sí que les cabe "odi" perfectamente. Los teleñecos sólo tienen 4 dedos, 3 nudillos.

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