13 AÑOS DE CRÓNICAS EN ‘CATALIBANES’ 

31 de diciembre de 2017

Una profesión antiquísima (II)

«He dado orden de que se me despierte a cualquier hora en caso de emergencia nacional, incluso si estoy en una reunión de gabinete». Ronald Reagan.
«Cada nación tiene el gobierno que se merece». Joseph de Maistre.
«Un político honrado es aquel que, cuando le sobornan, permanece comprado». Simon Cameron.
«Si los misiles hubiesen permanecido en Cuba, los habríamos usado contra el propio corazón de los Estados Unidos, incluyendo la ciudad de Nueva York». Ernesto “Che” Guevara.
«Yo no tenía tres mil pares de zapatos, eran 1.060». Imelda Marcos.
«La verdad es que los hombres están cansados de la libertad». Benito Mussolini.
«La política consiste en proclamar que se va a hacer una cosa, mientras se tiene la intención de hacer otra. Y luego no se hace ninguna de las dos». Sadam Hussein.

Soldados estadounidenses entran en las ruinas del palacio de Uday en Bagdad, hijo mayor de Sadam Husein, el 10 de abril de 2003

«Las ideas son más poderosas que las armas. Si no dejamos que nuestros enemigos posean armas, ¿por qué deberíamos permitirles tener ideas?». Iósif Stalin.
«Con las condenas de la ONU tengo llena mi biblioteca». Augusto Pinochet.
«No entiendo estos remilgos contra el uso del gas. Estoy completamente a favor de usar gases venenosos contra las tribus incivilizadas». Winston Churchill.
«Por otro lado, negativamente, otro [objetivo] consistía en desenmascarar al Estado y mostrarlo como lo que realmente es: una institución manejada por bandas de asesinos, saqueadores y ladrones, y rodeada de verdugos voluntarios, propagandistas, aduladores, malhechores, mentirosos, payasos, charlatanes, incautos y tontos útiles; una institución que ensucia y corrompe todo lo que toca». Hans-Hermann Hoppe
«Me valgo de la emoción para la mayoría y reservo la razón para unos cuantos». Adolf Hitler.
«Cuando el presidente lo hace, significa que no es ilegal». Richard Nixon.
«Estamos mal, pero vamos bien». Carlos Menem.
«La confianza es buena, el control es mejor». Lenin.
«Si sobrevivir a intentos de asesinato fuese una modalidad olímpica, yo ganaría la medalla de oro». Fidel Castro».
«Corsario: político de los mares». Ambrose Bierce.
«La forma ideal de gobierno es una democracia moderada con asesinatos». Voltaire.
«La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente». George Bernard Shaw.
«Para decirlo con toda franqueza, en todas las aldeas se necesita un breve período de terror». Mao Zedong.
«Así, fanáticas quiero que sean las mujeres de mi pueblo. Así, fanáticos quiero que sean los trabajadores y los descamisados». Eva Perón, “Evita”.
«Yo no me uní al movimiento de resistencia para matar a la gente, para matar a la nación. Mírame ahora. ¿Soy una persona salvaje? Mi conciencia está tranquila». Pol Pot.
«No puede haber ninguna crisis la próxima semana. Ya tengo la agenda llena». Henry Kissinger.
«Damos gracias a Dios porque nuestros enemigos son idiotas». Mahmoud Ahmadinejad.
«La política es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos». Charles de Gaulle.


Una profesión antiquísima: I - II - III - IV 

28 de octubre de 2017

Cartas al amigo desconocido

Hola, XXX [nombre omitido]:

Disculpa la tardanza de mi respuesta. Bueno, pues ya has visto: acaban de proclamar la República catalana, la secesión. Hace muchos años que yo sabía que llegaría este momento, mientras la inmensa mayoría de la gente miraba hacia otro lado porque era lo más cómodo y menos peligroso. Pero no resultaba muy difícil “adivinar” que sucedería esto. Los mismos nacionalistas llevan décadas avisándolo, ya desde la época en que Jordi Pujol presidía la Generalidad: «Avui paciéncia, demà independència» (‘Hoy paciencia, mañana independencia’), gritaban los militantes de CiU. Y uno de sus hijos en persona (creo recordar que Oriol) fue quien, en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 1992, desplegó la célebre megapancarta del «Catalonia is not Spain» en el estadio Lluís Companys (con ese nombre bautizado para honrar a aquel golpista y criminal repugnante, responsable del asesinato de 8.500 personas en la retaguardia; así de enferma está la sociedad catalana actual. http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2005/07/19/pagina-64/40690733/pdf.html). Con el permiso, con el beneplácito de las autoridades de entonces (te aseguro que antes y durante aquellas Olimpiadas, Barcelona estaba literalmente tomada por la Policía y permanentemente auscultada por los servicios de inteligencia porque aún Terra Lliure no se había disuelto, y existía también la ETA; si el pájaro ese consiguió entrar con la pancarta y colocarla, sin duda fue porque le dejaron).

¿Qué pasará a partir de ahora? Pues no sé. Violencia. Algaradas. Muertes quizás. En cualquier caso, lo que venga será malo, muy malo. Terrible desde todos los puntos de vista.

Entre 2003 y 2008 yo solía visitar “Africancrisis.org”, una web sobre los conflictos étnicos y las guerras del continente africano —el dominio todavía existe en Internet, aunque me parece que ya no tiene los mismos contenidos—. Daba horror ver aquellas fotografías y los vídeos, y leer los relatos de las masacres tan espantosas que allí estaban aconteciendo o acababan de cometerse. Te ahorraré detalles, pero imagina las peores brutalidades, el más retorcido sadismo. Pues me parece que nosotros vamos por el mismo camino, porque el combustible es idéntico: odio tribal.

Jordi Sànchez —sosteniendo un altavoz— y Jordi Cuixart, presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural
respectivamente, dan instrucciones subidos en uno de los vehículos policiales que los separatistas destruyeron y llenaron de basura
entre los días 20 y 21 de septiembre. Acusados de un delito de sedición, ambos están en prisión preventiva decretada por la juez
de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, quien en su auto les considera promotores y directores del asedio que durante casi 24
horas impidió salir a los agentes de la Benemérita que registraban la Consejería de Economía de la Generalidad por orden del
Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona (Operación Anubis)

Me preguntas por lo del 1, 2 y 3-O, y sobre lo oportuno del encarcelamiento de los dos Jordis: pues es que, en general, Rajoy no ha podido hacerlo peor. Bueno, empezaré por decir que las cargas policiales del día del pseudoreferéndum obedecían a un mandato judicial, no del Presidente del Gobierno. Y que se produjeron porque los Mozos de Escuadra habían desacatado la orden de los jueces de mantener TODOS los colegios de Cataluña desalojados, y cerrados a cal y canto antes de las 6 de la mañana del domingo, 1 de octubre. Y no solo eso, sino que circula un video donde se ve a policías autonómicos transportando urnas en una furgoneta entre los aplausos de los separatistas, quienes complacidos les vitorean al grito de: «Esta es nuestra policía».

Pero volviendo al tema, Mariano Rajoy nunca debería haber permitido que las cosas llegasen hasta aquí. Como ha publicado en Facebook un amigo mío, esto ha sido un «duelo de cobardes»: Puigdemont por un lado, que si sí que si no, que si solo la puntita, etc.; y el otro, desde Madrid, escondido detrás del TC y de las porras de la Guardia Civil, y disimulando.

Ahora ya es muy tarde. Se haga lo que se haga, terminará mal. ¿Por qué sigue libre Puigdemont? ¿Y su Gobierno en pleno? Nada tiene lógica ni sentido, esto es un vulgar golpe de Estado, como el Putsch de Múnich que en 1923 perpetró Hitler. Pero no se les ha detenido.

Te adjunto la foto que me pides, con, no uno, no, ¡sino los dos Jordis! subidos en un destrozado coche de la Guardia Civil y excitando todavía más los bajos instintos de la turba megáfono en mano. Ya está, ya no tengo más material de aquellos hechos. Te envié todo, incluidos unos vídeos. Si por alguna razón no te llegó o no lo recibiste bien, te ruego que me lo digas y vuelvo a mandarlo.

Cuídate mucho, preparémonos para lo peor y que todo aquel que crea en Dios, vaya rezando. Un abrazo.

Josep Lluís
(Contenido íntegro del último de una serie de correos electrónicos intercambiados
con un amable lector que le remití anoche, 27 de octubre, a las 20:32 horas).

11 de octubre de 2017

De la república al sainete

Si siempre son recomendables las crónicas de Pablo Planas sobre Cataluña en Libertad Digital, la titulada «Puigdemont declara la independencia y la suspende en una tregua-trampa» —y con el subtítulo: «La CUP fuerza al president a firmar una declaración separatista tras la brutal decepción de sus bases, de la ANC y de Òmnium»— (10-10-2017) es incluso necesaria. Necesaria e imprescindible para comprender, no solamente la última fase del esperpento golpista representada ayer martes en el Parlamento autonómico, sino la situación general a la que entre unos y otros han precipitado a esta maltrecha región de España.

Un vehículo de ‘Tractores por la independencia’
permanece apostado en las inmediaciones del
Parlamento regional con la banderería típica
Me tomo la licencia de transcribirla aquí, en su integridad, para información de todos y deleite de muchos de los lectores de este blog, que a buen seguro disfrutarán con sus numerosos pasajes tragicómicos:
«19:37 horas del 10 de octubre de 2017. Barcelona. Parlament de Catalunya. El mundo en vilo. Habla Carles Puigdemont, el president de la Generalitat: “Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalidad, asumo, al presentarles los resultados del referéndum ante el Parlament y nuestros conciudadanos, el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”. La frase despierta aplausos de los diputados de Junts pel Sí, que se ponen en pie; los diputados de la CUP, sentados, no aplauden y muestran unas caras serias, contrariadas, de profunda decepción. Puigdemont sigue hablando: “Esto es lo que hoy toca hacer. Por responsabilidad y por respeto. Y con la misma solemnidad propongo que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada”.
»El histórico pleno del parlamento regional catalán empezó con mucho retraso. La declaración solemne de independencia de Cataluña estaba prevista para las seis de la tarde. Tremenda expectación. Enorme tensión. Los Mossos d'Esquadra habían blindado el edificio y cerrar el parque de la Ciudadela. Los manifestantes habían sido desviados al paseo Lluís Companys, donde se encuentra el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). El edificio cambió de guardia el lunes. La “ley de transitoriedad jurídica” prevé que se convierta en el tribunal supremo y el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, decidió dispensar a los Mossos de sus proporcionales obligaciones y pidió la protección para él y el resto de jueces y fiscales de la Policía Nacional. Han recibido amenazas y han visto como los Mossos que les “protegían” se cuadraban ante encausados como Artur Mas y ni les miraban a la cara cuando se cruzaban con los policías de Trapero. También han visto las manifestaciones de alcaldes separatistas con cortes de tráfico incluidos cada vez que llamaban a testificar a los miembros de la mesa del Parlament por sus planes sediciosos y por sus inflamadas proclamas “institucionales”.
»Ridículo histórico
»La multitud congregada en el paseo se disolvió en medio de una espesa desolación. Al principio, en el “llegados a este punto”, el entusiasmo era patente. Puigdemont estaban dando muchos rodeos, pero Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, los cabecillas de Òmnium y la Assemblea Nacional Catalana, la ANC, emitían señales de optimismo. La república catalana era un hecho “ineluctable”, como dijera hace meses el presidente que eligió la CUP tras echar a la papelera a Mas. Entre los miles de socios de Òmniun y las decenas de miles de adheridos a la transversal ANC se palpaba el entusiasmo. Los chicos de Arran y los militantes de la CUP recibían noticias a través de las redes sociales que les resultaban confusas.
»Fueron ciertas. Los de Junts pel Sí, convergentes y republicanos, habían presentado a la CUP el denso discurso de Puigdemont sólo una hora antes del pleno. Los diez diputados de la formación antisistema, clave en la toma de los colegios y en la huelga del pasado martes, no salían de su asombro. Forzaron un retraso de más de una hora del comienzo del pleno. La CUP ya no apoya al gobierno catalán. Puigdemont ha dicho que proponía al Parlament la cancelación de los efectos de una independencia que había declarado momentos antes como un “mandato” del “pueblo catalán”. Pero no ha habido votación de ningún tipo. El pleno del siglo se ha ventilado en dos horas.
»Proteger a Puidgdemont de los cuperos
»El blindaje del Parlament desplegado con notoria efectividad por los Mossos ha evitado, sin duda, males mayores, dado el alto riesgo de que los jóvenes de la CUP y los tractoristas por la república bloquearan las salidas hasta que Puigdemont dijera, con la misma “solemnidad” con la que ha suspendido los efectos de la teórica declaración, que no, que como ha dicho Anna Gabriel en su intervención, más de novecientos heridos por la policía —la cifra de “víctimas” del 1-O aumenta por momentos—, no merecen semejante postureo.
»Los dirigentes de la CUP están en el disparadero. Como los millones de ahorradores catalanes, se sienten estafados, engañados por la Convergencia de siempre. Puigdemont les ha traicionado. Y Junqueras. Y Mas. El sentimiento es amplio. Los participantes en las brutales, por las cifras que se daban, Diadas “evaden” sus ahorros o capitales a través de cuentas espejos y bajan la cabeza con pesar.
»Dos helicópteros sobrevolaban desde primera hora de la mañana del martes el cielo de Barcelona. Son de los Mossos. Hasta las 19:37 de tan histórica jornada formaban parte del despliegue de la Generalidad para evitar que la Guardia Civil o la Policía Nacional —tanto monta— detuvieran a los golpistas. Ahora, los seguidores de la CUP y los separatistas de todos los barrios, incluidos los más acomodados, recuerdan las imágenes de las cargas de los Mossos cuando Mas tuvo que entrar en el “Parlament” a bordo del invento de Juan de la Cierva, sus mortales inmovilizaciones —tres personas muertas en detenciones en principio rutinarias entre 2013 y 2014— o cuando dejaron tuerta a la ciudadana Ester Quintana en la huelga general del 2012.
»Los Mossos han blindado el parlamento regional no por precaución frente a las algaradas “fascistas”, sino ante el riesgo cierto de que algún iluso se encarara con Puigdemont, Junqueras o la propia Anna Gabriel de manera nada democrática, poco cívica y menos festiva.
»Independencia por escrito
»La enorme decepción ante una declaración de independencia que no ha durado ni un instante —Lluís Companys aguantó diez horas— ha provocado que al filo de las diez, Puigdemont firmara una “declaración escrita” de independencia. Hiede a pavor, miedo a la acción del Estado de Derecho y pánico a las fuerzas desatadas durante siete años con discursos incendiarios, soflamas supremacistas y exhibiciones de coros y danzas con criaturas y ancianos en primera línea de fuego. También se expande un sentimiento de perplejidad por la manifestación del domingo en Barcelona. Puigdemont es más de Twitter, pero hoy en el Parlament se ha dirigido de esta guisa a ellos: “Todos somos el mismo pueblo, un mismo pueblo”.
»Puigdemont ha recibido muchas presiones a lo largo del “histórico” 10-O. Hasta la farmacéutica Grilfos —cuyo presidente le dijo a Mas que tirara pa'lante y no se arrugara— o Planeta huyen despavoridas del delirio catalán. Los cabecillas de la ANC y Òmnium están aterrados. Jordi Sànchez organizó el corte la Gran Vía y la Rambla de Cataluña el día que la turbamulta separatista intentó linchar a una secretaría judicial y a los guardias civiles de paisano que registraban la consejería de Oriol Junqueras, uno de los centros logísticos del golpe. Al poco se añadió Cuixart. Ambos jalearon a la masa el 20 de septiembre pasado subidos en los vehículos destrozados de la Guardia Civil. Un “reportero” de Mediapro, la empresa de Roures, también hizo una conexión en directo para TV3 de pie en el capó de uno de los coches saqueados de la Guardia Civil. El comité de empresa de la televisión del régimen nacionalista emitió un comunicado de prensa en el que afirmaba que ese individuo no formaba parte de la plantilla de la televisión autonómica.
»Negociación con Rajoy
»A las diez y media, los diputados de la CUP aceptaban firmar la declaración de independencia por escrito de Puigdemont. Todos los miembros del Govern, los componentes separatistas de la mesa de la cámara regional y decenas de altos cargos convergentes y republicanos están imputados. Ningún dirigente de la CUP ostenta esa condición. Pero los cuperos también sienten la presión de los bien remunerados cargos de Convergencia y la ERC.
»El separatismo retiene escuelas y medios
»Se extiende la tesis de un apaño entre el Gobierno de Rajoy y los cabecillas de un golpe que ha puesto a millones de ciudadanos contra la espada y la pared. Los supermercados han demostrado gran capacidad de reposición, millones de catalanes se ha provisto de efectivo ante el riesgo cierto de un corralito, miles de pequeñas, medianas y grandes empresas han huido de Cataluña. Las personas tienen miedo, inquietud, incertidumbre. CaixaBank y el Banco de Sabadell no paran de abrir cuentas espejos, Grifols, la multinacional catalana paga impuestos en Irlanda. En términos económicos, Cataluña es una zurraspa, basura.
»El separatismo retiene los medios, con TV3, La Vanguardia y los medios digitales sostenidos por la banca excatalana, las escuelas, los institutos y las universidades, además de una ingente red clientelar que se prepara para una “larga batalla” —tesis de los burlados diputados de la CUP—. El separatismo no se rinde, reinicia el juego. Cientos de miles de padres renunciaron a que sus hijos aprendieran un español decente porque las sentencias del TSJC, el Supremo y el Constitucional no tienen efecto en Cataluña. No sólo los medios difunden odio al no asimilado. La trama clientelar, nutrida con los impuestos de todos los españoles, no se rinde. Puigdemont insistió en mentir sobre la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el 1-O. Los dirigentes del golpe siguen llevando escolta de uniforme y de paisano. La supervivencia de algo más de la mitad de la población de Cataluña sigue estando en juego.
»Toda negociación con quienes han puesto a la “gente” en la diana y en las diadas supone facilitar el riesgo de enfrentamiento armado que persiguen los separatistas. Dos mujeres que protestaban ante la casa de Mas por sus mentiras han sido acosadas por un escolta del “expresident”. Les hicieron fotos. Un eurodiputado convergente, un tal Ramón Tremosa, invoca el ejemplo de Eslovenia.
»La histórica manifestación del Ocho de Octubre en Barcelona no arredra a los golpistas. Tienen los datos de todos los catalanes. Sobre tales bases es imposible cualquier negociación. Es cierto que Puigdemont no fue aplaudido por los diputados la CUP. También es cierto que ante las amenazas de los portearas catalanes acabó por firmar la independencia en una jornada bochornosa. La aparente bandera blanca es una trampa. Intentan aniquilar a más de la mitad de la población de Cataluña y persistir en el odio a España y en la “venganza catalana” contra quienes han empezado a mostrar la banderas la Nación en su balcón. Un “diálogo” en estas condiciones sería como la eutanasia de los españoles y de la libertad en Cataluña.
»Caza de “unionistas”
»Ahora, en la pelea separatista por eludir las culpas, es cuando más necesaria es la protección de los ciudadanos que se han manifestado a favor de la democracia y entre quienes aporreaban cacerolas mientras cancelaban cuentas de la banca catalana. Si el golpe entra en una fase de negociación con los culpables no habrán servido de nada ni la manifestación del 8-O ni el gesto heroico de quienes marcan sus domicilios con la enseña del Reino de España. El consejo de Ministros se reúne este miércoles a primera hora. Los separatistas han mentido hasta aquí. Una concesión no propiciaría la distensión sino que avalaría la caza de brujas, la cacería contra quienes se manifestaron el domingo en Barcelona, los llamados “unionistas”.
»La república de Companys duró diez horas. Puigdemont declaró la nueva república catalana en un momento y la derogó en un segundo».

10 de septiembre de 2017

Un golpe en doce clicks

La primera rebelión de la historia retransmitida en directo y a la vez financiada —vía Fondo de Liquidez Autonómico— por el propio Estado contra el que se perpetra, ha dejado una estela de incisivos tuits o mensajes en la red social de los 140 caracteres. La inteligencia colectiva, analizando en tiempo real unas sesiones tan delictuosas como grotescas: la aprobación en el Parlamento autonómico de Cataluña de la convocatoria de un referéndum de secesión este miércoles; y al día siguiente, el jueves 7, la de la Ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República [catalana], también conocida como ley de desconexión con España. En ambos casos, con los votos de Junts pel Sí (‘Juntos por el Sí’) y la CUP, que suman 72 diputados en una Cámara con 135 escaños merced a la aberrante ley electoral vigente en la región (que privilegia en el reparto a los sufragios de las zonas agrarias, las más separatistas), a pesar de que no representan siquiera al 48% del electorado (47'8%).
«La de España no, pero la ruptura entre catalanes sí que se la está currando la Generalidad». (@PhilAMellows. 06-09-2017, 13:18).
«La única diferencia del 23-F con Carme Forcadell y el Parlament de hoy es que algunas diputadas de la CUP tienen más bigote que Tejero». (@LadyPotorro. 06-09-2017, 15:06).
«Leyes redactadas en secreto, que no se pueden debatir ni recurrir, y que derogan toda la legislación anterior. Pero el fascista eres tú». (@juanarza. 06-09-2017, 20:01).
«Si te pillan atracando una mercería, te detienen por delito flagrante. Si das un golpe de estado en el Parlamento de Cataluña lo dan por la tele». (@rosadiezglez. 06-09-2017, 21:15).
«Da igual evitar el referéndum. Cuando regalasteis la Educación de los niños catalanes a los nazis renunciasteis a Cataluña». (@jjmuela. 06-09-2017, 21:33).
«Los que creen que lucir la bandera de España y el himno es algo rancio se arrancan con Els Segadors. Anda, iros a la mierda podemitas!». (@Emma_Marug. 06-09-2017, 21:41).
«Quizá a los diputados de Junts pel Sí y la CUP solo les ha faltado acabar el pleno levitando para terminar de incumplir todo tipo de leyes». (@libertaddigital. 06-09-2017, 21:59).
«Nadie ha engañado y robado tanto a los catalanes como esos nacionalistas que se presentan como salvadores de la patria catalana». (@CCivicaCatalana. 07-09-2017, 00:11).
«Jamás se vio que un gobierno se escondiera detrás de los jueces y dejase en sus manos la lucha contra un golpe de Estado». (@clubdeviernes. 07-09-2017, 09:14).
«Gente que canta himnos y se aplaude a sí misma: el Procés resumido en dos imágenes». (@jjmuela. 07-09-2017, 11:07).
«O sea, que Rajoy va a recurrir el golpe de Estado ante los tribunales en los que los independentistas llevan décadas meándose». (@FrayJosepho. 07-09-2017, 15:07).
«El vicepresidente Junqueras ha llamado a Montoro a ver si había ingresado el FLA de este mes. Que tienen que pagar la imprenta y las urnas». (@jordi_canyas. 07-09-2017, 17:50).
Aunque el Presidente del Gobierno ha asegurado solemnemente en Twitter que «no habrá referéndum de autodeterminación» y garantiza el «derecho de todos los españoles» a «decidir lo que es nuestro país y su futuro» (07-09-2017, 15:02), lo cierto es que no se ha producido ninguna detención.

17 de agosto de 2017

El timo del ‘federalista’

Joaquín Leguina fue presidente de la Comunidad de Madrid entre 1983 y 1995, y dirigió durante once años la Federación Socialista Madrileña. Por sus opiniones adversas, que alcanzan incluso al último presidente del Gobierno que ha dado su partido (en 2014 publicó un libro titulado Historia de un despropósito: Zapatero, el gran organizador de derrotas), podría considerársele una voz crítica dentro del PSOE.

Desde hace más de un siglo, los nacionalistas aspiran a
secesionar Cataluña de España y a anexionarse otros
territorios (‘Països Catalans’). Lejos de satisfacerles
o aplacarles, cualquier concesión sólo servirá para
auparles todavía más hacia esos dos objetivos
Es también autor de 10 mitos del nacionalismo catalán (Editorial Planeta, Temas de Hoy; 2014), donde esgrimiendo datos económicos e históricos, desmonta las más repetidas fabulaciones que cimientan el tinglado separatista. Un asunto este sobre el cual Leguina acaba de escribir el artículo «¿Hasta cuándo vas a abusar de nuestra paciencia, Catilina?» (ABC, 05-08-2017), para alertarnos contra la colosal trampa que teje el reelegido Pedro Sánchez. Y que toma su título del inicio del discurso con que Cicerón destapó la conjura de un candidato perdedor ante el Senado romano, en el año 63 a.C. («Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?»):
«En marzo de 1998 un grupo de biempensantes suscribió un escrito titulado “Por una salida dialogada del conflicto vasco”, en el cual, entre otras lindezas se leía lo siguiente:
»“Las soluciones policiales como única vía de pacificación proporcionan a la ciudadanía falsas expectativas y ofrecen como resultado un saldo negativo […] Como ciudadanos solicitamos a nuestro Gobierno que busque soluciones que vayan más allá de las estrictamente legales, apostando por la vía del diálogo y la negociación sin condiciones”.
»Entre quienes suscribían la petición estaba Manuela Carmena.
»Es fácil imaginar lo que hubiera pasado si los sucesivos Gobiernos, en lugar de mantenerse firmes, se hubieran plegado a las peticiones de “los abajo firmantes”.
»Pero el “diálogo” (¡qué bien suena!) ahí sigue, como bálsamo de Fierabrás que todo lo atempera y lo cura. En efecto, casi veinte años después y a propósito del proceso ilegal y sedicioso de los separatistas catalanes, Miguel Iceta y Pedro Sánchez han suscrito un documento en el cual —y como aperitivo— se asegura que en Cataluña se vive “un proceso de secesión agudizado progresivamente por la falta de diálogo entre los Gobiernos de España y de la Generalitat...”.
»Y luego siguen con la misma matraca “dialogante”:
»“Para superar el enfrentamiento es necesario abrir un nuevo escenario de diálogo y propuestas concretas que debe culminar en una reforma federal […] Nuestro sentido institucional nos lleva a emplazar a todas las fuerzas políticas a superar la actual falta de diálogo y manifestar públicamente un proyecto serio que consiste en realizar una oferta política para que, en beneficio de todos los catalanes y catalanas, el choque de trenes del próximo 1 de octubre no se produzca”.
»Y uno se pregunta: ¿sobre qué asuntos quieren dialogar estos dos sedicentes socialistas, con unos líderes nacionalistas cuyo único objetivo es la secesión?
»¿Qué oferta política les hacen?
»Pues “la oferta” que Sánchez viene pergeñando de la mano de Iceta es “una reforma federal de la Constitución española que nos una de nuevo a todos”.
»¿Y qué reforma es esa? La federal, pero tras su “resurrección” Sánchez la ha ampliado, metiéndose en las procelosas aguas de la plurinacionalidad, dentro de un boceto en el cual todo parece “sospechoso y descabellado” [1], para usar las palabras de Javier Redondo (“El Mundo”, 15-VII-2017). Detrás late una insoportable equidistancia entre la supuesta “recentralización” de Rajoy y el separatismo montaraz y sedicioso.
»En efecto, el dúo Iceta-Sánchez ha ido esta vez mucho más allá que aquella meliflua declaración de Granada y se han metido en el barrizal del monolingüismo (en Cataluña quedaría su lengua “propia” como única lengua oficial y obligatoria) y el sinsentido de la “España plurinacional”, lo cual exigiría cambios constitucionales de calado. Por ejemplo, en el Título Preliminar, Artículo 1: “La Soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”; el Artículo 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española”. O el Artículo 3: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen del deber de conocerla y el derecho a usarla”.
»Pero quienes defienden estas reformas radicales nunca se dignan a hablar del complejo procedimiento para llevarlas a puerto, aunque para ello baste con leer el artículo 168 de la Constitución:
»1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.
»2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
»3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.
»Mucha madera para abordar un plan tan ambicioso sin el apoyo de ningún otro partido constitucionalista.
»Sánchez quiere mostrar que frente a la política de resistencia de Rajoy él tiene un plan “dialogante” para Cataluña. Y lo presenta como un antídoto frente al referéndum del 1 de octubre».
Y señala las malas artes que está desplegando el líder de la oposición:
«Naturalmente, nadie espera que el frente secesionista se lo tome en serio, pero lo que en el fondo pretende es que la opinión pública reparta la culpa del disparate catalán entre los secesionistas y el Gobierno. De alguna forma, Sánchez equipara el incumplimiento de la ley con una supuesta falta de voluntad de diálogo por parte del Gobierno, lo cual es una vileza moral y política.
»Lo único que en verdad desea Sánchez es crear, a base de estas descabelladas propuestas —llenas, además, de regalos económicos y políticos para la Generalitat—, una plataforma electoral para que su amigo Iceta se presente a las próximas elecciones autonómicas con esta “original” apuesta, pretendiendo con ello parar la caída electoral en picado que viene sufriendo el PSC... y una vez más sin hacer caso de la vieja conseja campesina según la cual “para salir de un hoyo, lo primero es dejar de cavar”.
»Y a todo esto, ¿cuándo va a consultar Sánchez a sus sacrosantas bases acerca de la conveniencia o no de subirse a este caballo sin bridas y sin estribos? Lo prometió cuando hizo su campaña electoral, pero me temo que jamás pensó en cumplir esa promesa».
Hace tres años, también en el periódico de Vocento, Joaquín Leguina ya cargó contra esa propuesta de su partido en una entrevista (ABC, 17-02-2014):
«El debate sobre federalismo sí, federalismo no, es absolutamente falso. Nadie está aquí planteándose eso, es una columna de humo. Este es un Estado, que me digan qué diferencias hay entre este Estado autonómico y el Estado federal de Alemania o de Estados Unidos. Lo peligroso del Partido Socialista actual es que se quiere colocar en el medio y aquí no hay equidistancias: o estás con la Constitución o estás en contra de la Constitución, como los separatistas, y no se trata de poner paños calientes. Se trata de combatirlo. Lo que yo recrimino a Zapatero con muchos argumentos es que inició un proceso disgregador pensando que iba a solucionar el problema de los separatismos. Pero si ya el señor Ortega [y Gasset] en el año 1932 dijo que “eso no tenía solución”».
El dislate, la imbecilidad de la «plurinacionalidad» que Pedro Sánchez enarbola en su discurso significa su sumisión a la teoría herderiana —de Johann Gottfried von Herder (1744-1803)— que identifica lengua con nación, usada por el separatismo para inventar aquí cuatro naciones: la catalana, la vasca, la gallega y la castellana. No siendo España sino el resultado de la conquista e imposición por vía militar de esta última sobre las demás (que por añadidura, eran pacíficas, tolerantes, civilizadas y cultas). Como escribiera Antoni Rovira i Virgili (1882-1949) en El principi de les nacionalitats (‘El principio de las nacionalidades’), publicado en 1932:
«Madre de la nacionalidad, podríamos decir de la lengua. De todos los elementos que forman la nacionalidad, la lengua es el más potente, el más influyente, el más decisivo. […] La lengua constituye la más fuerte señal de la nacionalidad. El mapa lingüístico de Europa es, en sus grandes líneas, y aparte de unas pocas excepciones, el mapa de las nacionalidades».
Y evidencia la vergonzosa sintonía del actual secretario general del Partido Socialista con la línea de Artur Mas, quien desde las páginas de El Mundo amenazaba (17-07-2010):
«Si España quiere ser una sola nación, tendrá muchos problemas».
No obstante, en algo me hallo en desacuerdo con el análisis de Leguina: cuando augura el fracaso del proyecto de Sánchez por carecer del «apoyo de ningún otro partido constitucionalista». Por lo pronto, Podemos entona la misma cantinela («Este Estado tiene varias naciones que tienen derecho a decidir», proclamó gozosamente Pablo Iglesias dando un mitin el 21 de junio de 2016, en Vitoria). Y sin contar a los secesionistas, entre ambas formaciones políticas sumaron 10'5 millones de votos en las elecciones generales (5.424.709 y 5.049.734, respectivamente). El 43'76%. Con una campaña de propaganda adecuada para convencer a los incautos de que resolvería el mal llamado «conflicto territorial», muy bien podrían impulsar con éxito una reforma constitucional capaz de apuntillar a España tal como la conocemos. Ya se logró en 1978, cuando políticos y periodistas embaucaron al país entero con la implantación de las Autonomías bajo idéntico pretexto.

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1. «Nosotros, el PSOE», de Javier Redondo Rodelas, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid y director de la revista La Aventura de la Historia. Además de artículos, ha publicado: Presidentes de Estados Unidos: de Washington a Obama, la historia norteamericana a través de los 43 inquilinos de la Casa Blanca (La Esfera de los Libros, 2015).

9 de julio de 2017

Ira


«Se ha dicho con acierto que la multitud tiene muchas cabezas,
pero ningún cerebro».
Antoine de Rivarol (1753-1801).


Hará cosa de un año, me topé en Internet con el vídeo del linchamiento a una muchacha. Como no venía acompañado de explicación alguna, busqué información partiendo de tres o cuatros datos extraídos del atroz contenido de las imágenes hasta dar con la noticia, fechada en diciembre de 2014, en varios medios hispanoamericanos: una turba enfurecida por el aumento de la criminalidad y el azote cotidiano de bandas violentas en un pueblecito de Guatemala, la había tomado por una sicaria instantes después del asesinato de un taxista. De poco sirvió que posteriores investigaciones de la Policía la descartaran como autora de los disparos y apuntaran hacia un pistolero apodado “El Iguana”. Porque la infortunada, de 14 años de edad, ya había fallecido en un hospital a consecuencia de la paliza y las graves quemaduras sufridas.

Pero sorprendentemente, ayer encontré que esa misma grabación está circulando en Facebook bajo el siguiente título:
«Niña de 13 años es quemada viva por quedar embarazada de un SACERDOTE».
Pasquín amenazador contra políticos contrarios a
la secesión aparecido en las calles de Lérida hace
unas semanas, que les señala como a ‘enemigos
del pueblo’ y ha originado una investigación
de la Fiscalía para identificar su autoría
Así, con la última palabra en mayúsculas. El resto de la descripción tampoco coincide en absoluto con la realidad. Ni el lugar de los hechos, que el artífice del bulo sitúa en México. Horroriza leer los bramidos de los internautas contra el inexistente cura y agresor sexual, a quien muchos sugieren apartarle de uno o dos detalles de su anatomía. Al parecer, la difamación habría sido urdida por elementos de un partido político ahora en boga para desprestigiar a la Iglesia católica. Y aunque la mayoría desde el desconocimiento, son legión los que están colaborando en divulgarla.

¿Qué diferencia a aquella chusma que descargó su rabia perpetrando un brutal escarmiento en plena calle, de esta numerosa cibercomunidad manipulada por una mentira? Apenas nada. Ambas han actuado sin entretenerse en averiguaciones y con impulsividad. A golpe de teclado unos; y los otros, simplemente a golpes. Incendiando las redes en un caso; en el anterior, incendiando con gasolina a Bedelyn Esther, pues ese era su nombre.

Las nuevas tecnologías nos han hecho más libres, sí. Pero también más propensos a caer en engaños. Por pereza o por ingenuidad, pocos son los que se cuestionan el aluvión de mensajes que reciben a diario. Y cuando se induce el mismo sentimiento en miles o millones de crédulos —odio, indignación, hartazgo—, un demagogo sabe bien que muy fácilmente pueden devenir muchedumbre amotinada.

El clima de tensión en Cataluña ha escalado hasta límites peligrosos. Y aunque muchos lo nieguen, estamos sentados sobre un polvorín. Por otra parte, los líderes del movimiento separatista están en un callejón sin salida: ante ellos se yerguen un muro legal y un Gobierno que, aun sin demasiado entusiasmo, está obligado a reaccionar en cuanto se sobrepasen. Detrás, dos millones de votantes inflamados hasta la exaltación tras décadas de propaganda les arrean y de ningún modo les permitirían retroceder alejándoles del paraíso prometido.

No obstante, podría quedarles una baza por jugar.

Comentábamos en la última crónica de este blog (Cómo timar a las masas, 12-06-2017) que, carentes de valor para proclamar la secesión desde un balcón del Palacio de la Generalidad como en 1934 hiciera el presidente —y criminal— Lluís Companys, el dúo Junqueras-Puigdemont planean repetir la consulta del 9-N, a ver si por fin obtienen una contundente respuesta del Estado que les permita victimizarse. El escritor y miembro de la Real Academia Española Félix de Azúa, ha alertado en una polémica entrevista para el diario Crónica Global (28-03-2017):
«A los jefes de Junts pel Sí les convendría que hubiera un par de muertos. Ellos están acabados, han llegado al final del camino y no pueden seguir adelante. Saben que van a ser sistemáticamente inhabilitados y ya pueden ir haciendo el payaso, que se quedan sin poder. El recorrido ha terminado y la única manera de salir, sin ir directamente al paro o a alguna de las empresas de los que les financian, es que haya violencia. Si hubiera 30 muertos estarían perdidos, pero si hubiera 3 o 4 eso les facilitaría seguir en el poder. […] Porque la Administración central se vería obligada a intervenir. Hasta ahora han hecho todo lo posible para no intervenir, pero lo tendrían que hacer. Eso salvaría a los nacionalistas».
También de la muerte habló en un criticadísimo tuit Hèctor López Bofill con ocasión del homicidio de la política laborista británica Helen Joanne “Jo” Cox, en junio de 2016, durante la campaña sobre el Brexit. Algo, los «muertos», que este profesor de la Universidad Pompeu Fabra y promotor de diversas entidades separatistas (Cercle d'Estudis Sobiranistes, Sobirania i Progres, Crida Nacional), consideró consustancial a «toda transformación constitucional profunda».

¿Pero y si ese providencial suceso luctuoso fuese inventado? Un rumor, una falsa noticia en vísperas del 1 de octubre, por burda que fuese, pensada para agitar. Como la del veloz avance de una división acorazada hacia Barcelona con instrucciones represoras, por ejemplo. O la del supuesto apaleamiento de un mozalbete pacífico, democrático, festivo, sonriente y urnero —que es como se pintan a sí mismos los de la Revolució dels somriures— a manos de ficticios espanyolistes. Y profusa en pormenores sangrientos, para caldear. Masivamente difundida, bastaría para desatar salvajes algaradas y una sublevación tal que paralizase la acción de las desconcertadas autoridades o las empujara a emplear la fuerza.

Quizás en este momento, en algún lugar, ya haya alguien maquinándolo. Fabricantes de embustes y capaces de los trucos más sucios como han demostrado ser, resultaría insensato no prever esa posibilidad.

12 de junio de 2017

Cómo timar a las masas

Anda la secta ilusionada con la repetición del referéndum de secesión del 9 de noviembre de 2014 que el presidente no electo Carles Puigdemont acaba de convocar para el próximo 1 de octubre. A ver si con un poco de suerte, esta vez Mariano Rajoy se aviene a «dialogar» (que es como los de la estelada llaman a que el Estado claudique, mientras ellos no retroceden ni un milímetro en sus pretensiones), o por fin realiza un acto de fuerza que les permita victimizarse y lloriquear por los foros internacionales. Puestos a elegir, lo que de verdad les gustaría es la entrada de tanques en Barcelona —y además por la avenida Diagonal; ni por la Meridiana ni por la Ronda del Litoral, nadie sabe bien por qué—, una posibilidad que llevan años acariciando en entrevistas, artículos e Internet, pues de manera recurrente mencionan.

Puigdemont todavía no ha especificado si, como en
el 9-N, podrán votar los menores de edad de 16 y
17 años, y los inmigrantes sin papeles, a quienes
se les ha prometido la ciudadanía catalana
En caso de celebrarse, todo indica que esta otra trashumancia hacia urnas ilegales resultará en lo mismo: un aquelarre sólo de fanáticos, sin ninguna validez política, legal ni moral por su carácter prohíbido y la baja participación prevista. Y que a los contribuyentes volverá a costarnos un dineral, detraído de partidas presupuestarias esenciales, como las destinadas a sanidad, educación y bienestar social (en la consulta se tiraron 13 millones de euros, unos 2.200 millones de pesetas). Pero que durante una temporada mantendrá al rebaño distraído de los derroches y latrocinios perpetrados por los habitantes de la Generalidad. Porque vista la severidad de la Justicia española en estos asuntos, siguen estos sin atreverse a proclamar la República catalana desde un balcón, no sea que les caiga una inhabilitación de cinco o seis horas para el ejercicio de cargo público, ¡o hasta de un día entero! Algo dramático para quienes su proverbial ineptitud les imposibilitaría sobrevivir en el sector privado.

Mas en este viaje al pasado que ha durado casi tres años, el movimiento separatista ha encontrado dos inestimables apoyos: los de un tonto útil y un tío sin vergüenza. El uno atiende por Pedro Sánchez, y tan pronto se coloca de fondo una gigantesca bandera española de incontables metros en uno de sus mítines para perecer más patriota que ninguno, como pregona ahora la “plurinacionalidad” de España y ansía reconocer a Cataluña como nación mediante una reforma constitucional.

Del otro, Pablo Iglesias, se publica que le han financiado dos avanzadísimas democracias: Venezuela e Irán. Y aunque vende como mercancía nueva el rancio comunismo que lleva cien años fracasando en todo el mundo, incomprensiblemente cinco millones de votantes se la compraron en las últimas elecciones. Iglesias y su partido han hecho causa común con los nacionalistas para derrocar este régimen y sustituirlo por otro cuya legalidad ya no constriña los objetivos liberticidas de su proyecto bolivariano («Que existan medios privados ataca la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente», avanzó el 21 de noviembre de 2013, en la televisión de Galiza Ano Cero). Razón de sus continuos ataques contra la unidad de España, la monarquía, el Ejército, la Carta Magna y nuestra tradición cristiana; contra cuantos pilares conforman el sistema.

Independientemente de lo que suceda en la fecha decidida por los golpistas para renovar su provocación, esta pesadilla jamás terminará mientras sigan disfrutando de poder político e ingentes cantidades de dinero con que perpetuar sus mecanismos de control social y adoctrinamiento.

31 de mayo de 2017

Una profesión antiquísima

«El noventa por ciento de los políticos dan mala reputación al otro diez por ciento». Henry Kissinger.
«Particularmente estoy en contra de ver retratos y estatuas de mí en las calles, pero es lo que el pueblo quiere». Saparmyrat Nyýazow.
«Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien sí les cree». Charles de Gaulle.
«La idea de un campo de concentración es excelente». Iósif Stalin.
«Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral». Sir Francis Bacon.
«Si quieres robar, roba un poco y con disimulo. Porque si robas tanto como para enriquecerte de la noche a la mañana, te pillarán». Mobutu Sese Seko.
«En todos los países hay gente que debe morir. Es un sacrificio necesario para instaurar la ley y el orden». Idi Amin.


Bajo la dictadura de Idi Amin, la capital de Uganda sufrió importantes apagones. Finalmente, se supo la causa: los cocodrilos no daban
abasto devorando a los disidentes políticos y “enemigos” del régimen que les arrojaban, y muchos cadáveres flotaban río abajo hasta
obstruir las turbinas de la central hidroeléctrica que suministraba energía a Kampala. En la imagen, el militar golpista y caníbal se
hace llevar por las calles a hombros de un grupo de británicos residentes en el país como forma de humillación pública

«No hay balas ni ametralladoras que atemoricen a Duvalier. Ellos saben que no pueden tocarme porque Duvalier es de una firmeza inquebrantable. […] Ya soy un ser inmaterial». François “Papa Doc” Duvalier.
«Que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua». Anastasio Somoza.
«Hay circunstancias en que el aborto es necesario, lo sé: cuando se trata de un negro y un blanco, o en caso de violación». Richard Nixon.
«Elector: el que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros». Ambrose Bierce.
«No sé si voy a sacar el país del problema económico. Pero seguro que voy a hacer un país más divertido». Carlos Menem.
«Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba». Ernesto “Che” Guevara.
«Las revoluciones espantan, pero las campañas electorales asquean». Nicolás Gómez Dávila.
«Soy democrático, pero a mi manera». Augusto Pinochet.
«El poder no corrompe a las personas, las personas corrompen el poder». William Gaddis.
«Leer demasiados libros es perjudicial». Mao Zedong.
«Propongo que 100.000 británicos tarados mentales sean forzosamente esterilizados y ​​otros, internados en campos de trabajo para frenar el declive de la raza británica». Winston Churchill.
«No entiendo por qué el hombre no debiera ser tan cruel como la naturaleza». Adolf Hitler.
«Condenadme, no importa, la historia me absolverá». Fidel Castro.
«Si sabes lo rico que eres, es que no eres rico. Pero yo desconozco la cuantía de mi fortuna. Así de rica soy». Imelda Marcos.
«El asunto este de ser rey no me ha traído más que quebraderos de cabeza». Mohammad Reza Pahleví.
«Lo mejor de este grupo de candidatos es que sólo uno de ellos puede ganar». Will Rogers.
«Es cierto que la libertad es preciosa, tanto que debe ser racionada». Lenin.
«Se supone que la política es la segunda profesión más antigua del mundo. Pero he llegado a la conclusión de que guarda muchas semejanzas con la primera». Ronald Reagan.


Una profesión antiquísima: I - II - III - IV 

30 de abril de 2017

Los descontentos con el ‘procés’

Entre los detractores del golpe de Estado por capítulos en Cataluña, no solamente hay que contar a quienes no comulgamos con la ideología que para su particular beneficio, hace un siglo inventara una camarilla de burgueses racistas capitaneados por Enric Prat de la Riba. Se encuentran también insignes nacionalistas, que desconfían de las intenciones de los pilotos del proceso o difieren de sus métodos.

Es el caso de Xavier Rius. Director de e-Notícies y separatista de pro, Rius (antes apellidado Tejedor Rius) ha mostrado repetidamente su disconformidad con las decisiones que se están tomando desde el poder regional. Como hizo el pasado 7 de marzo, en su columna «Hacia la fractura social»:
«Lo he dicho siempre: no se puede hacer la independencia con sólo dos millones de personas de un censo electoral de 5'5. […] Tú no puedes imponer la independencia a base de decreto aunque tengas mayoría absoluta. […] Por eso comienzo a pensar que si el Gobierno [de la Generalidad] se obstina en tirar adelante sin un apoyo social más amplio este país [por Cataluña] se puede romper por la mitad».
Y en «Esto no va de democracia» (19-12-2016), el también cofundador del diario digital catalán, que suma un millón de páginas vistas al mes según la OJD, alerta contra la posibilidad de que los pasos en falso comprometan gravemente la viabilidad de la secesión en el futuro:
«En el fondo, el proceso será un tiro por la culata. Habremos desaprovechado una oportunidad histórica. Recularemos dos o tres generaciones. Será necesario volver a empezar como en 1714 y mirar hacia delante. Pero ya lo sabían. Ya lo dijo Pujol el 4 de diciembre de 2007, durante otro proceso interminable, el del Estatuto: “Cuando vas a iniciar una jugada arriesgada debes saber cuántos soldados tienes detrás y cuántas escopetas, tanques y aviones”. La política es como la guerra, pero sin sangre».
Xavier Rius despliega una bandera separatista ante otros
contertulios de Intereconomía TV para escandalizarles,
en un especial informativo sobre Cataluña emitido el
18 de octubre de 2012
Con esa célebre frase de Mao Zedong concluye el párrafo. En una entrevista para el digital generalista vasco Ikusle, que salió coincidiendo con la fecha de la última Diada, el 11 de septiembre, Rius señaló el que a su modo de ver constituye el principal peligro:
«Imaginemos que siguen adelante. ¿Quién te reconocerá si no hay una mayoría abrumadora a favor de la independencia? Porque en estos casos lo importante no es la declaración unilateral de independencia sino el reconocimiento internacional y no veo a Merkel, a Obama —o quién sea el próximo presidente— ni al Vaticano por la labor».
Al tiempo que denunció el clima artificial creado alrededor:
«El proceso está cogido con pinzas. No se puede romper la imagen idílica que algunos quieren transmitir a través de los medios de comunicación públicos. La más leve crítica es confundida casi con un delito de alta traición. ¿Crees que lo que yo digo no lo ven ellos? ¿Que no somos bastantes? Claro que lo ven pero a ver quién es el valiente que dice la verdad».
Efectivamente, por sus críticas se ha convertido en uno de los personajes más odiados por el movimiento separatista. En una página web titulada precisamente así, Insults (‘insultos’), el periodista se entretiene en recopilar denuestos que los “pacíficos” y “democráticos” chicos de la Revolución de las sonrisas a menudo le despachan:
«Gente como Xavier Rius y e-Notícies conseguirán mandar a la mierda el proceso. ¡Quintacolumnistas!».
«Aprende a hacer de troll del proceso con más gracia, tonto».
«Todavía no tengo claro si eres catalán o español».
«Qué peste a colaboracionista echas».
«A los soberanistas, que somos mayoría en el país, nos da igual lo que opine un Freak como tú. Tonto útil del unionismo».
«Ya sabemos que tienes ganas de que el proceso descarrile».
«Si conseguimos la independencia te tiraré a la cara toda esta basura».
«Ya pareces del PP».
«A Xavier Rius ni agua, ni leerlo ni nombrarlo. Únicamente como hice yo hace tiempo, ignorarlo. Cobra del CNI».
En 2015, eran las desencantadas palabras de otro conocido secesionista las que recogía su medio, Santiago Espot:
«Una declaración de independencia es un acto de fuerza, no se desea el conflicto, estamos viviendo una gran farsa, […] Debes desafiar una legalidad y sustituirla por otra. […] ERC y CiU quieren hacer una tortilla sin romper el huevo, quieren hacer creer a la gente que es posible alcanzar la independencia sin ese conflicto institucional, eso es imposible. […] No se puede hacer una independencia teletubi».
A lo largo de una jugosa entrevista para La Gaceta (15-10-2015), este pintoresco activista del «independentismo radical», como él mismo se define, y presidente ejecutivo de Catalunya Acció (‘Cataluña Acción’), entidad responsable del reparto de silbatos en varias finales de la Copa del Rey de Fútbol para pitar al himno nacional y de denunciar a numerosos comerciantes —3.000 sólo en el período de 2009— por no rotular en catalán (divertidísimo el retrato que de él realiza Ramón de España en uno de sus vídeocomentarios), atacó de nuevo la tibieza reinante:
«Derecho a decidir. Eso no está en ningún diccionario de ciencia política. Fue Agustí Colomines, un intelectual próximo a Convergència, el que se inventó el término. O desconexión, que está de moda ahora, para evitar hablar de romper. La independencia de Cataluña no es un enchufe. En general, todo el discurso de la Revolució dels somriures (Revolución de las sonrisas) está plagado de eufemismos. Por ejemplo, “Con la independencia España va a salir ganando”, dicen. Es decir, España va a perder el 25% de su PIB y va a estar contentísima. Y con el peligro de que la deuda, que va a nombre de España, se la coman ellos solitos. Y otra es que “vamos a ser amigos de España”. Ya tenemos amigos. Y amor. Yo no necesito que me quiera España. Yo no tengo ningún interés en ser amigo de España, aunque pueda tener amigos españoles».
Y pronosticó que la situación política actual «se va enquistar».

Santiago Espot fue candidato a la alcaldía de Barcelona en 2011 por Solidaritat Catalana per la Independència (SI). Partido cuyo ex líder, Alfons López Tena, es hoy otro decepcionado más. Su formación irrumpió con fuerza en el Parlamento autonómico en 2010 gracias al tirón mediático de Joan Laporta, quien iba como cabeza de lista. Una vez rota la alianza con el rutilante y hedonista ex presidente del Barça pocos meses después, debido a disensiones internas, SI no renovó ninguno de sus cuatro escaños en la siguiente convocatoria electoral.

Los seguidores en Twitter de López Tena están habituados a leer sus frecuentes pitorreos en tuits así de mordaces:
«De los creadores de “O referéndum o referéndum” llega ahora “O referéndum o 9NbisRemix”».
Porque este notario saguntino, miembro de Òmnium Cultural, y presidente y fundador —junto a Hèctor López Bofill— del Cercle d'Estudis Sobiranistes (‘Círculo de Estudios Soberanistas’), está convencido de que el referéndum de autodeterminación anunciado por el presidente Carles Puigdemont para antes de final de año no se celebrará.
«El procés no tiene nada que ver con la independencia. Es un comunitarismo autoritario, persigue un control social total sobre la parte que le da apoyo y no tiene otra finalidad que conseguir concesiones de España. No pretende la independencia, sino obtener compensaciones y tener el control de los presupuestos públicos y de las redes clientelares».
Bajo la atenta mirada de efectivos de la Guardia
Urbana y en compañía de otros dos diputados de
su partido, Alfons López Tena protagoniza una
acampada ‘por la independencia’ frente a la
sede del Parlamento autonómico, en 2011
Quien fuera vocal del Consejo General del Poder Judicial entre 2001 y 2008 —a propuesta de CiU, coalición en la que militaba—, ha acuñado el término «procesismo» para distinguir la impostura. Y además de aprovechar para reivindicar con orgullo la autoría del famoso eslogan Espanya ens roba (‘España nos roba’), continúa diciendo en la edición de El Mundo del 6 de marzo:
«No hay nada preparado. Lo que sí que habrá será agitación y propaganda. Aprobarán esa especie de ley cuántica, en la que se está dentro y fuera de España simultáneamente. Dirán que los españoles son muy malos, llamarán al pueblo a manifestarse, harán conciertos de Lluís Llach en el Camp Nou. Pero desobediencia, en absoluto. Todo esto no son más que distracciones: un Estado es el control efectivo de un territorio y una población con monopolio de la violencia, legítima. Pero cúpulas de CDC y ERC no han hecho nada nada. Dicen que no van a poder impugnar la ley [de transitoriedad jurídica] y, a la vez, que no la enseñan para que no la impugnen. […] El Estado sabe de sobra que todo esto es de risa, que no pretenden la independencia. Es simplemente una molestia. Pero luego está la lógica de la capitalización: de la misma manera que los procesistas tienen que presentar al Estado como la Camboya de Pol Pot, también por parte española dicen que hay que evitar un gravísimo atentado a la unidad. Hasta ahora, no ha sido necesario más que el funcionamiento ordinario de las instituciones del Estado de Derecho. Y no creo que sea necesario nada más: en Cataluña se ha acatado todo».
A la mañana siguiente de la publicación de sus polémicas declaraciones en el rotativo madrileño y enmedio del revuelo formado, Alfons López Tena se reafirmó ante los micrófonos del programa Más de uno, en Onda Cero. Y este miércoles compareció en el plató de 8 al día, en 8TV, para conceder a Josep Cuní una entrevista mucho más extensa, de casi media hora. Donde dio por finiquitado el proceso y se desmarcó de él:
«No quiero formar parte de toda esta farsa. […] Esto ya ha pasado. La oportunidad de la independencia de Cataluña, a mi entender, acabó hacia el año 2011. A partir de aquel momento es pura repetición».
Un montaje cada día con mayores brechas. Que en cada fase se presenta mucho más incierto.

20 de marzo de 2017

Epopeya de truhanes

08:38 h de la mañana del martes 14 de marzo: Jordi Basté recibe con honores en su mezquita radiofónica de El Món a RAC1 a los tres mártires por la causa, sólo horas después de la sentencia que les inmoló. Ceremonia del victimismo y de la mendacidad. Glorificación de unos golpistas. Narración en tono épico de lo que no es sino una vulgar fechoría.

Artur Mas, alias Gandhi. Alias Martin Luther King. Alias Rosa Parks. Con todos ellos se ha comparado. También con Nelson Mandela, sobre cuya figura cuenta que, casualmente, había visto una película en TVE1 la noche anterior (ya no ve TV3 ni Artur Mas, ha comentado alguien con sorna). Y de la cual extrajo una enseñanza vital que, entusiasmado, quiere transmitir a la audiencia:
«Para levantarte y para tirar adelante y para conseguir lo que quieras, tienes que pensar esto: “soy dueño de mi destino, soy capitán de mi alma”».
Imposible ser más cursi. De eso se nutre él a nivel cultural, de frases chorras escuchadas en escenas del cine. Apenas una semana antes, su antiguo compañero de partido Alfons López Tena ya había advertido contra su inanidad intelectual (El Mundo, 06-03-2017):
«A Mas lo colocó gente que pensaba que lo podía manejar bien como algo transitorio para esperar a Oriol Pujol. Mas es muy limitado: he sido asesor suyo durante siete años. No lee nada, y se jacta en público de ello. El resultado es el que se ve. Autoritario, rencoroso, y un político de cuarta regional. Serviría para cacique de un pueblo de la Sicilia interior».
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le ha condenado a dos años de inhabilitación para cargo público por organizar el referéndum separatista el 9 de noviembre de 2014, y a 36.500 euros de multa —que ya hay quien está proponiendo pagar mediante solidaria colecta—. Artur Mas ha reaccionado acusando a España de que «tiene la democracia amputada»; mientras su sucesor en el cargo, Carles Puigdemont, ha ido más allá y amenaza:
«Lo que la Justicia española acaba de condenar lo indultará el pueblo de Cataluña en referéndum, votando».
Y es que el heredero político de Jordi Pujol y líder del PDeCAT personifica como nadie los efectos de la cruel opresión del Estado español, que cada mes le obliga a cobrar 9.122'32 euros de sueldo de ex presidente (BOE nº. 126, de 27 de mayo de 2003).

Quienes pretenden hurtar a los demás españoles su capacidad de decisión sobre un asunto de soberanía nacional, que afecta a todos,
continúan intentando colarnos su engañifa de que la democracia se reduce a votar —lo que sea y como sea—. Pero en realidad un
régimen democrático lo es cuando nadie está por encima de la Ley, empezando por los gobernantes; lo contrario es una tiranía

A su vera en el estudio de la hipersubvencionada emisora, Irene Rigau y Joana Ortega, Consejera de Enseñanza y vicepresidenta de la Generalidad respectivamente en la fecha de autos. Esta última ha acudido al programa aprovechando un momentito en que no estaba inflando su currículum vitae: en 2011, un diario digital destapó que no poseía el título académico con que se presentaba en la web de la Generalidad, en la de su partido (UDC), e incluso en su blog personal («Estudié en el Sagrado Corazón de Sarriá, y me licencié en Psicología en la Universidad de Barcelona»). Ortega —quien zanjó el asunto atribuyéndolo a un «error involuntario»— cumplía así una tradición largamente arraigada entre los nacionalistas; como el antedicho bachiller Puigdemont, que se ha hecho pasar por filólogo, o la tertuliana de Sálvame Deluxe Pilar Rahola, a quien un falso doctorado debió de parecerle poco y se autoadjudicó dos.

La tramposa ex vicepresidenta confiesa al imán Basté sentirse «enfadada, atónita» e «indignada» con la sanción judicial que la inhabilita durante un año y nueve meses, y la obliga al pago de 30.000 euros:
«¿Usted considera que es justa una ley que condena la democracia y que condena la posibilidad de que la gente se exprese de una manera pacífica y democrática? […] Lo que hicimos fue dar voz a la gente».
Una cínica argumentación la suya que únicamente puede calar en los muy desavisados, pues el fallo de la sentencia especifica con claridad que es por un «delito de desobediencia» al Tribunal Constitucional por lo que se les castiga.

También Irene Rigau se muestra desafiante. Los jueces la han encontrado culpable de habilitar centros educativos para la celebración de la «fiesta democrática», que es como ella se refiere al prohibido referéndum. Y niega que vaya a dejar su escaño en el Parlamento autonómico, pese a la pena de un año y seis meses de inhabilitación, con multa de 24.000 euros, que le han impuesto. Según Sueldospublicos.com, el año pasado cobró 71.267 euros como diputada de la candidatura electoral Junts pel Sí.

«Eran las urnas de la ilusión, no las urnas de cartón», corrige Joana Ortega con ridícula afectación cuando el locutor le recuerda la precariedad de medios con que se desarrolló la jornada del 9-N. Y Artur “Braveheart” Mas se apresura a apostillar, poniéndose pomposo:
«De la ilusión, Joana, y de la dignidad».

NOTA: Jordi Montull ha declarado en el juicio por el Caso Palau que Convergència cobraba comisiones del 4% a las empresas por la adjudicación de contratas, y no del 3% como se creía hasta ahora y como Pasqual Maragall denunció públicamente en la Cámara regional hace doce años. En una Cataluña independiente, ninguno de los implicados habría acabado rindiendo cuentas ante un tribunal.

5 de marzo de 2017

Ecos raros en tiempos revueltos

Tras haber adquirido la mayoría de las acciones de la empresa editora, el 1 de julio de 2015 Xavier Salvador asumió la dirección de Crónica Global, el diario surgido de la fusión entre dos cabeceras digitales catalanas que se habían distinguido por su línea editorial contraria al nacionalismo: La Voz de Barcelona y El Debat. Desde su llegada, Salvador —de quien se ha publicado que un mes antes había sido relevado como director de Economía Digital— acometió una profunda renovación, mediante la reestructuración de la plantilla y diversas incorporaciones —incluyendo la de varios miembros de su anterior equipo—, así como una alianza con El Español, el último proyecto periodístico de Pedro J. Ramírez.

La columna que el flamante director firmó el pasado 15 de febrero, con el título «Una salida para Cataluña», ha levantado en Internet sonoras críticas de lectores indignados. Pues resulta ciertamente desafortunada:
«Interesante conversación con Javier Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios, de visita por Barcelona para pronunciar una conferencia. El hombre fuerte de la histórica institución empresarial madrileña tiene un mensaje que los catalanes debemos escuchar: al conflicto, al contencioso abierto no se le debe aplicar una solución, sino darle una salida.
»Es una visión que vale la pena escuchar, porque tal y como nos explicó a los periodistas de Crónica Global en su visita a nuestra redacción se ampara en cuatro ejes. Esas cuatro soluciones parten de un común denominador: el PP no ha estado a la altura de las circunstancias hasta la fecha y en Madrid, entendido como concepto global de las Españas, se ha entendido con dificultades algunas reivindicaciones de un nacionalismo catalán que si hubiera seguido la senda de la moderación era comprensible en sus pretensiones».
«Comprensible en sus pretensiones»; «senda de la moderación». ¿Pero cuándo ha sido moderado el nacionalismo? ¿A finales de los años 70, quizás, cuando los militantes de Convergència coreaban: «Avui paciència, demà independència» (‘Hoy paciencia, mañana independencia’)? ¿O cuando Oriol Pujol desplegó la megapancarta «Catalonia is not Spain» en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1992 que habíamos pagado todos los españoles? ¿Sería tal vez cuando los colaboradores de su padre, Jordi Pujol, plasmaron en el Programa 2000 las pautas para infiltrar el sentimiento catalanista en absolutamente todas las capas de la sociedad? A ver si fue durante el intento de extirpación de la lengua materna compartida por más de la mitad de los catalanes que todavía dura bajo el nombre de Inmersión Lingüística. ¿Era antes moderado el nacionalismo, o más bien le convino fingirlo mientras afianzaba su poder acaparando competencias y completando el adoctrinamiento de las masas?
«Así, Vega de Seoane apuesta por dar respuesta a cuatro cuestiones fundamentales: las infraestructuras (aquí cabe desde el Corredor del Mediterráneo que el empresariado desea con urgencia hasta la falta de inversión en líneas ferroviarias de cercanías, por ejemplo), la lengua y la cultura, la situación de la fiscalidad autonómica en la que se equiparen los conceptos de solidaridad y, finalmente, un nuevo Estatuto de autonomía».
O sea, que da por válidos prácticamente todos los falsos agravios y las reivindicaciones que sirven de coartada al movimiento separatista. Ni un solo dato comparativo respecto de otras Comunidades autónomas para argumentar esa supuesta «falta de inversión» en los trenes de cercanías; sobre lo de la lengua, si alguna hay aquí subyugada es el castellano, ¿propone legalizar su erradicación?; y las causas de la catastrófica situación financiera de la Generalidad más hay que buscarlas en lo mucho que roban y despilfarran los políticos nacionalistas, que en un injusto reparto del erario entre las regiones españolas, que además no es tal (eso de «un nuevo Estatuto» ni siquiera vale la pena comentarlo).

Inauguración del Mobile World Congress 2017, este lunes, en Barcelona. Posan juntos: Carme Forcadell, Carles Puigdemont, el rey
Felipe VI, y Oriol Junqueras, tomando por los hombros a la vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría, quien hace unos meses se
habilitó un despacho en la capital catalana para escenificar la voluntad de diálogo del Gobierno con los golpistas
«El cómo se llega hasta esa solución en los momentos actuales es difícil de vislumbrar a estas alturas de la película y, sobre todo, después del papelón que Artur Mas y los suyos han desarrollado en los últimos tiempos».
El actualmente procesado ex presidente de la Generalidad no ha hecho sino acometer el tramo final del proceso secesionista iniciado por Jordi Pujol en 1980. Y ejecutado con disimulo hasta hace poco, para ir timando a los políticos y periodistas crédulos con el espejismo de la moderación.
«Pero lo que está claro es que esa salida al tema catalán, por llamarlo de alguna forma, no pasa por los antiguos convergentes, sino por los seguidores de Oriol Junqueras, que eran jóvenes y hoy son maduros votantes moderados a la par que independentistas posibilistas y pragmáticos».
Y si no, que se lo pregunten a Joan Tardà, al recientemente dimitido de su cargo de senador Santiago Vidal, a la dos veces querellada por desobediencia y prevaricación Carme Forcadell, o al siempre comedido Gabriel Rufián y a sus acólitos, dechados todos ellos de «pragmatismo» y de «moderación».
«La opinión de un digno representante del mundo empresarial, presidente de la aseguradora DKV, entre otras ocupaciones mercantiles, merece ser tenida en cuenta. Ayer conferenció en Barcelona e intentó convencer a un buen número de catalanes sobre su visión y análisis de la situación».
Si precisamente algo merece la opinión de Vega de Seoane es que nadie la tenga en cuenta, ni pierda su tiempo considerándola. Porque consiste en más de lo mismo, en continuar la política de sumisión al nacionalismo y de cesiones constantes que nos ha llevado hasta aquí; que lo ha sufragado e impulsado en vez de saciarlo y reducirlo.
«El Círculo de Empresarios, antaño uno de los reductos más casposos de la derecha española, hoy tiene ideas propias y una no desdeñable postura sobre el asunto de Cataluña y España».
Esperemos que el columnista y actual intendente del medio no haya sucumbido de forma definitiva a la neolengua separatista, que impone la dicotomía «Cataluña y España» como si de dos entes distintos se tratara. Por otra parte, venir a entonar los mismos plañidos y mantras con que los de la estelada nos achicharran a diario, no coincide demasiado con lo que comúnmente entendemos como tener «ideas propias».
«Quizá esa salida, en vez de solución, merezca la pena ser escuchada».
¿Y de qué sirve entonces si no es ninguna solución? ¿Para prolongar nuestra agonía como nación, aumentando encima la capacidad destructiva de quienes ya han mostrado sobradamente sus intenciones?

Confluye la circunstancia de que esa conferencia de Javier Vega de Seoane a la cual se refiere y que tuvo lugar en el Círculo Ecuestre, estuvo patrocinada por Sociedad Civil Catalana. Cuyo nuevo presidente —desde el 25 de octubre de 2016—, Mariano Gomà, publicó un artículo con propuestas similares que fue objeto de atención en la penúltima crónica del blog (Inocencia Perdida. 09-01-2017).

Y ahora viene Xavier Salvador y escribe eso. Ya en la declaración de intenciones con que comenzó su jefatura en el diario («Crónica, un medio digital sin ataduras». 05-07-2015) proclamó su equidistancia («Sin complejos ante los nacionalismos de uno y otro signo que tanto daño han inflingido [sic] en los últimos siglos»; ¿significa eso que quienes defendemos la unidad de España somos también nacionalistas, pero de signo contrario, como arguyen los que están dando el golpe de Estado?), le cantaba al entendimiento («Aspiramos a ampliar la voz de esa ciudadanía crítica, inconformista e informada que anhela el debate y el diálogo por encima de confrontaciones, victimismos e intransigencias») y trasladaba parte de la culpa a la “inflexibilidad” del Ejecutivo («El proceso soberanista ha disparado la radicalidad de la sociedad. El detonante fue el órdago político que desde el propio Gobierno de la Generalitat se lanzó contra un Estado menos sensible a las reivindicaciones periféricas desde que lo gobierna el Partido Popular sin necesidad de apoyos parlamentarios»). Acusación esta que reiteró un año depués, al ser entrevistado por sus socios de El Español:
«El PP no ha sabido gestionar la cuestión catalana de los últimos años. […] Cataluña no hubiera llegado al grado de crispación de los últimos meses si en Madrid hubiera existido un liderazgo político al frente del Gobierno y de la propia oposición con capacidad para transaccionar y ejercer realmente la política».
«Transaccionar», claro que sí; cualquier cosa, por indigna que sea, antes que aplicar la Ley. Más recientemente, ha sido el presidente del Cercle d'Economia (‘Círculo de Economía’), Antón Costas, quien desde La Vanguardia llamaba públicamente al cambalache y a la claudicación («Divisibilidad del conflicto catalán». 22-02-2017):
«Artur Mas dejó caer que podría haber una alternativa a la independencia, pero que, en todo caso, correspondía al “Estado” el formularla. Y el Gobierno de Madrid parece aprestarse a explorar ese camino. […] Se trataría de transformarlo en un “conflicto divisible”, del tipo de “más o menos”. En este tipo de conflictos todos ceden algo y todos ganan algo. Se hace po­sible la negociación y el acuerdo. […] El inventario de 46 cuestiones que en su momento Carles Puigdemont, como presidente de la Generalitat, presentó al presidente Mariano Rajoy es un buen punto de partida […]. Desde la perspectiva de los intereses y preferencias del conjunto de la sociedad el llamado problema catalán no es, como he dicho, independencia si o no, sino disponer de mayor capacidad de decisión y de más instrumentos para un mejor autogobierno».
Aunque el propio Costas termina reconociendo que apenas sería un apaño temporal, no la solución:
«En todo caso, no se trata de que nadie renuncie a sus ideales o preferencias políticas últimas, sino de posponerlas para explorar la posibilidad de lograr avances en beneficio del bien común».
Se diría que a lo que aspira es a que el tinglado aguante un par de añitos más, para ir haciendo negoci mientras tanto con una Cataluña aún más privilegiada fiscalmente.

Dos son las metas que los nacionalistas tienen, lo he dicho en muchas ocasiones a lo largo de estas páginas y seguiré repitiéndolo, incluso a riesgo de resultar pesado: la secesión de Cataluña y la anexión de otros territorios (la sección Mapa del imperio ofrece un instructivo repaso de sus pulsiones expansionistas declaradas, nada ocultas, desde hace más de un siglo). Y jamás optarán por detenerse; hay que pararles, desarticulándolos. Que nadie se engañe, ni nos engañe.