13 AÑOS DE CRÓNICAS EN ‘CATALIBANES’ 

30 de noviembre de 2013

La estrategia del miedo

El Ejecutivo de Artur Mas ha anunciado que emprenderá acciones judiciales, por la vía civil y por la vía penal, contra varios periodistas. Les acusa de «fomentar el odio a Cataluña y a los catalanes», un clásico en el repertorio separatista. El mismo Gobierno autonómico que ―con absoluta impunidad― lleva años desacatando las varias sentencias del Tribunal Supremo en materia lingüística acudirá a la Justicia española.

La base de las imputaciones reside en un informe del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), órgano censor de la Generalidad, con una recopilación de frases presuntamente proferidas en diversos medios de Madrid, que trazan semejanzas del nacionalismo catalán con los totalitarismos. Entre los comunicadores a represaliar figuran Xavier Horcajo, José Antonio Sentís, Alfonso Merlos, Gabriel Albiac y Hermann Tertsch. Pero es, sin duda, Federico Jiménez Losantos quien protagoniza el citado estudio, el cual le achaca hasta 27 supuestas infracciones del artículo 57 de la Ley General de Comunicación Audiovisual.

Federico Jiménez Losantos, recuperándose
del secuestro y el disparo en una pierna de
los que fue víctima a manos de terroristas
de Terra Lliure el 21 de mayo de 1981
Harto sorprendente resulta el caso de la diputada autonómica de Ciudadanos Inés Arrimadas, también incluida en la lista pese a no ser periodista, sino representante elegida del pueblo catalán, debido a las críticas a la inmersión lingüística que realizó en una tertulia de Intereconomía TV.

Aunque expertos juristas coinciden en afirmar que esta ofensiva de la Generalidad tiene escasas probabilidades de prosperar en los tribunales, ya ha cumplido uno de sus objetivos: colocar a las personas mencionadas en el centro de las iras de las masas nacionalistas. Aquí, en la extremadamente convulsa sociedad catalana, donde el radicalismo crece peligrosamente por momentos y se suceden episodios de violencia como la de anteayer, cuando decenas de separatistas asaltaron la sede de UPyD en Barcelona y agredieron a un trabajador.

Y constituye también un aviso para navegantes. Una velada amenaza a todos aquellos que, aun no siendo tan famosos e influyentes como los ahora apuntados, osen mostrar sus discrepancias en el futuro; desde sus puestos de articulistas, de columnistas, de escritores, de locutores, de tertulianos... e incluso de humildes blogueros. En la jefatura del Estado y en el Gobierno de la nación siguen sin comprender ―o fingen no haberse enterado― que lo instaurado en Cataluña es un régimen antidemocrático y contrario a las libertades, un movimiento que arrolla implacablemente a todo el que no se doblegue. De manera sistemática, inmisericorde, ejemplarizante. Porque sabe que en el silencio sobre sus desmanes tiene a su mejor aliado.

Joan Carretero fue consejero de Gobernación de la Generalidad entre 2003 y 2006, y además de su involucración en escándalos de corrupción (acabó ante los jueces por la turbia recalificación de unos terrenos, y de él destapó la prensa en 2008 que llevaba casi dos años cobrando un jugoso sueldo de 32.000,04 euros como codirector de un hospital... que todavía no había empezado a construirse), también tiene en común con la actual casta dirigente catalana su interés por proclamar la secesión. Carretero es, hasta el día de hoy, quien más diáfanamente ha verbalizado las verdaderas intenciones del frente separatista. Lo pronunció el 27 de febrero de 2010, durante la inauguración en Gerona de una sede del partido extraparlamentario que preside, Reagrupament; y aunque, inexplicablemente, sus declaraciones pasaron desapercibidas para la prensa de difusión nacional, sí fueron reproducidas por algunos diarios regionales:
«Nos cargaremos a cualquiera que se interponga en nuestro camino, le daremos una patada en el culo, porque llevamos 300 años perdiendo y yo ya estoy harto de perder, ya hemos perdido demasiadas batallas».
Es la estrategia del miedo, la antigua táctica de amedrentar a quienes no se dejaron comprar por suculentos sueldos públicos o subvenciones. Pretenden que este sea tiempo de callar.

6 de noviembre de 2013

‘Cataluña hispana’, nuevo libro de Javier Barraycoa

Prólogo de la obra:
«¿Sabía que la primera capital de la España unificada por los godos fue Barcelona? ¿O que la Marca hispánica ya reunía condados navarros, aragoneses y catalanes, prefigurando la reunificación de España? ¿Conocía que la Barcelona de 1714 estuvo defendida también por un Tercio de castellanos y que Felipe V, tras la Guerra de sucesión, constituyó un cuerpo para su protección personal dirigido por catalanes?
»¿Sabía que en Barcelona, cuando nadie conocía la sardana, el baile más popular era el de San Isidro, en memoria del patrono madrileño? ¿O que hasta la llegada del catalanismo, a ningún catalán se le ocurrió poner el nombre de Jordi a sus hijos? ¿Y que el Monasterio de Montserrat tuvo monjes castellanos durante cuatro siglos y dependía de la comunidad benedictina de Valladolid?
»¿Alguien le habló de cuando el Himno de España sí tuvo letra oficial y que fue compuesta por un catalán? ¿Y que el origen de los “Castellers” no fue catalán sino valenciano? ¿O que en el diccionario de lengua española hay más de mil vocablos de origen catalán? ¿Sabía que los catalanes participaron en todas las grandes gestas militares del imperio español, como en la crucial batalla de Lepanto?
»Este libro descubre infinidad de historias que demuestran la verdadera esencia hispánica de Cataluña y desvela la mitología y las miserias intelectuales del nacionalismo catalanista. El nacionalismo ha sido el verdadero “descatalanizador” de Cataluña queriendo privarle violentamente de su naturaleza hispana. Sin Hispanidad no existiría Cataluña, sin Cataluña no podrá existir la Hispanidad».

El profesor Barraycoa regresa con
más datos históricos ocultados o
poco conocidos, en este nuevo
libro de 300 páginas
Reseña de Alfonso Carlos Amaritriain, publicada en el diario Ya, el 4 de noviembre de 2013:
«Llega a nuestras manos un nuevo libro de Javier Barraycoa dedicado al tema catalán. Su anterior obra Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán, (LibrosLibres 2011), fue un impacto editorial por varios motivos. Por un lado, por el éxito de ventas, pero por otro ―y más importante― es que por fin veía la luz un libro que presentaba cara a la mitología nacionalista, pero de una forma muy peculiar. No era un libro de queja y crítica fácil, ni tampoco era un pesado volumen de historia, ilegible y fatigoso. Por el contrario, el libro articulaba ―a través de múltiples historias y anécdotas― un mosaico de las falsedades del nacionalismo, de sus contradicciones y miserias. De forma muy entretenida, pero con rigor e infinidad de datos, el nacionalismo catalán quedaba contundentemente desnudado.
»Ahora aparece Cataluña Hispana (LibrosLibres, 2013), con el contundente y largo subtítulo Historias sorprendentes de la españolidad de Cataluña y el fraude del nacionalismo. Es evidente que el momento es más que oportuno. En medio de una deriva nacionalista y una crisis institucional que va a enturbiar terriblemente las relaciones entre Cataluña y el resto de España, hacía falta que alguien expusiera verdades históricas que permitan entender qué es verdaderamente Cataluña. La tesis del libro es sencilla y contundente: la catalanidad es una concreción particular de la Hispanidad. El nacionalismo catalanista ha “descatalanizado” la verdadera Cataluña para convertirla en una caricatura de sí misma. Por el contrario, al leer Cataluña Hispana de Barraycoa uno se reconcilia consigo mismo, pues vuelve a admirar lo que es Cataluña y se siente orgulloso de lo que ha representado para la Hispanidad.
»El texto se estructura a base de pequeñas historias que se entrelazan en una linealidad histórica que va desde la hispanidad de la romanización, pasando por el reino visigodo, la reconquista, la participación en la Monarquía hispánica y el Imperio, la lucha contra la modernidad que atentaba contra la esencia tradicional de Cataluña y, por último, cómo la aparición del nacionalismo aboca a la Cataluña hispana al abismo y la pérdida de su identidad y posiblemente su desaparición.
»El lector descubrirá infinidad de datos históricos que le permitirán ver la historia de España de una forma totalmente nueva y sorprendente. Desde las referencias bíblicas a España, pasando por la proclamación de Barcelona como la primera capital del Reino visigodo de España, el título del Arzobispado de Tarragona como Primado de las Españas, el papel de los condes de Barcelona y sus matrimonios con estirpes castellanas, la verdadera composición étnica de los almogávares, la participación catalana en las grandes gestas de la monarquía hispana, como Lepanto o la conquista de América, etc. Incluso afloran grandes curiosidades desconocidas para el gran público tal y como la formación, por parte de Felipe V, de su guardia de corps (Los Granaderos reales) con la nobleza catalana; o como las letras oficiales del Himno de España fueron compuestas por un catalán, o cómo los catalanes tenían una profunda devoción al madrileño San Isidro labrador.
»La última parte del libro, nos descubre una contradicción: por una banda la eclosión españolista que vivió Cataluña en el siglo XIX y, por otra, la aparición el catalanismo. El análisis del origen del catalanismo que nos ofrece este texto es insustituible. Se aborda su emergencia desde su versión más “sacralizada”, como una nueva religión, promovida especialmente por un clero que queriendo imitar la tradición, no hizo más que traicionarla. De una forma clarividente van rastreándose las miserias del nacionalismo, sus odios y auto-odios. Ningún personaje fue más odiado por los catalanistas que el propio Companys. Para demostrarlo el autor sólo tiene que recurrir a los testimonios de los nacionalistas de la época en la que ellos mismos se retrataban y destripaban. El libro acaba con una advertencia y una esperanza. Si bien el nacionalismo está matando los restos de la verdadera Cataluña, también es cierto que tenemos una historia que nos permite redescubrir las grandezas de Cataluña y su sentir plenamente hispano.
»La moraleja de esta entretenidísima y apasionante lectura es que si desde el resto de España se desprecia Cataluña, estamos despreciando a España; y si desde Cataluña se desprecia al resto de España, es que estamos despreciando Cataluña. La política del odio, que han practicado los nacionalistas como casi una secta religiosa, debe ser sustituida por una comprensión de nuestra común historia y de un amor mutuo. En definitiva, este es un libro indispensable para cualquier catalán y cualquier español.
Entrevistas al autor: