13 AÑOS DE CRÓNICAS EN ‘CATALIBANES’ 

18 de diciembre de 2013

Mentirosos compulsivos

Ha puesto en circulación la secta una sentencia judicial falsificada, que está alcanzando rápida difusión a través de Internet. La burda manipulación, advertida por varios usuarios de las redes sociales ―uno de ellos, Rafael Arenas, Catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del colectivo Puerta de Brandemburgo―, brinda una nueva ocasión de sondar la impúdica capacidad de engaño del movimiento separatista:
«Sentencia del 22.07.10 del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya: declaramos que no existe en Derecho Internacional ninguna norma que prohíba las declaraciones unilaterales de independencia. Declaramos que cuando haya contradicción entre la legalidad constitucional de un Estado y la voluntad democrática, prevalece esta segunda, y declaramos que en una sociedad democrática, a diferencia de una dictadura, no es la Ley la que determina la voluntad de los ciudadanos, sino que es esta la que crea y modifica cuando sea necesario, la legalidad vigente».
Otro de los incontables fraudes intelectuales
del nacionalismo catalán, el más reciente
Lo que, el día 22 de julio de 2010, emitió la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, fue una opinión consultiva, a petición de la Asamblea General de las Naciones Unidas; sin carácter vinculante, y exclusivamente referida a un caso concreto: la declaración unilateral de independencia de Kosovo (Is the unilateral declaration of independence by the Provisional Institutions of Self-Government of Kosovo in accordance with international law?), territorio que desde el final de la guerra y de los bombardeos de la OTAN, en junio de 1999, había permanecído bajo administración provisional del Consejo de Seguridad de la ONU, en virtud de la resolución 1244. Y lo que verdaderamente pone en el citado dictamen ―en el punto número 84, para ser precisos― es esto:
«Por las razones anteriormente expuestas, la Corte considera que el Derecho Internacional general no contiene ninguna prohibición de las declaraciones de independencia aplicable».
Comenzamos por observar que de la palabra «unilaterales» no existe ni rastro en esa parte del documento original (y así, en plural, tampoco en otras), el cual añade:
«En consecuencia, llega a la conclusión de que la declaración de independencia de 17 de febrero de 2008 no violó el Derecho Internacional general».
Y los 39 puntos subsiguientes (hasta el total de 123 de que consta) desgranan diversos aspectos legales relativos a los términos de la resolución 1244. El Derecho Internacional no prohíbe las declaraciones de independencia. Ni las prohíbe ni las permite, por la sencilla razón de que no entran en su ámbito de regulación, como se explica en un apartado previo (punto 26):
«Algunos de los participantes en el presente procedimiento [miembros del tribunal] han sugerido que la cuestión planteada por la Asamblea General no es, en realidad, una cuestión jurídica. Según esta postura, el Derecho Internacional no regula el acto de realizar una declaración de independencia, que debe ser contemplado como un acto político; solo los ordenamientos constitucionales nacionales rigen esa clase de declaraciones, mientras que la competencia de la Corte para emitir opiniones consultivas se limita a asuntos de Derecho Internacional».
De manera que todo el texto que en el montaje elaborado por el Goebbels de turno va después de los dos puntos, entrecomillado como si de un fragmento literal se tratase, es una pura invención. Otro bulo secesionista más. Releamos el pegote:
«Declaramos que cuando haya contradicción entre la legalidad constitucional de un Estado y la voluntad democrática, prevalece esta segunda, y declaramos que en una sociedad democrática, a diferencia de una dictadura, no es la Ley la que determina la voluntad de los ciudadanos, sino que es esta la que crea y modifica cuando sea necesario, la legalidad vigente».
La bajeza de los métodos que utilizan, para confundir a los incautos y excitar ―todavía más― los ánimos, da idea, una espeluznante idea, de lo que nos esperaría en una Cataluña independiente, controlada y dirigida por estos individuos.

13 de diciembre de 2013

Al final del camino

Continuamente oigo hablar de la «deriva independentista de CiU». La expresión, repetida hasta el hastío en prensa, radio y televisión, habita el omnipresente discurso de articulistas y comentaristas de sesuda apariencia. Y con perplejidad y pesar compruebo que no han entendido nada. Pero nada de nada. Que, a estas alturas, siguen sin enterarse de qué va el asunto: Convergència no puede haber “derivado” hacia el independentismo por la sencilla razón de que es una formación separatista desde su misma fundación. ¿Deriva independentista de CiU?, nuestra nación sí que va a la deriva; y hacia un seguro hundimiento.

En la transición del franquismo a esta mal llamada democracia (o paso de una dictadura a otra) hubo dos clases de partidarios de la secesión de Cataluña: los que querían proclamarla inmediatamente... y Jordi Pujol. El ex banquero de los tics nerviosos metido a político comprendió que precipitar las cosas hubiera acabado, con toda seguridad, en un monumental fracaso. Al tiempo que hubiera cerrado la puerta a cualquier intento futuro. No quedaba entonces otra opción que edificar pacientemente los pilares de una nueva nación sin que se notase demasiado. A base de sutil adoctrinamiento de la población durante generaciones y de ir rebañando cuotas de poder, en forma de transferencias autonómicas, a los sucesivos gobiernos. Es decir, la zapa silenciosa del Estado. El corredor de fondo en contraposición con quienes pretendían lanzarse a un sprint.

Artur Mas, en visita oficial a la India, haciendo el indio
Ahora asistimos al desenlace. Estamos en el tramo final de su proyecto, y no ante una lógica e incluso disculpable sublevación motivada por la “incomprensión” de Madrid, como ―en línea con el tradicional cinismo nacionalista, que hasta de sus propias canalladas culpa a los demás― se intenta que creamos.

Hace solo unas horas que Artur Mas ha alumbrado la tan esperada pregunta de su ilegal referéndum. Y ha sido un parto múltiple, además, pues dos serán las interrogaciones que planteará, una dentro de la otra, formando una combinación tan enrevesada y mamarrachenta como su progenitor. Pero a mí la pregunta que de verdad me ha interesado siempre es por qué España se encuentra en esta situación. Y esa ya la respondió de manera admirable Antonio Robles en un artículo titulado precisamente así: ¿Cómo hemos llegado a esto? Con acierto, el profesor señala como culpables a todos aquellos dirigentes que, con su cómplice inacción, llevan más de tres décadas permitiendo las fechorías del régimen nacionalista: desde las corruptelas económicas de sus líderes, hasta inconstitucionalidades como la erradicación del español de la enseñanza o las multas lingüísticas.

Resultaría casi imposible encontrar un solo lugar en el mundo que careciera de un equivalente de Mas, de Junqueras, o de cualquiera de los políticos que con ellos dos se reunieron ayer en el Palacio de la Generalidad para delinquir quebrantando el orden constitucional. La diferencia estriba en que los otros países mantienen recluidos en la marginalidad a ese tipo de sujetos, y de ningún modo se les consiente 30 años de constante desafío al Estado. Pero aquí, todos los presidentes del Gobierno de España, sin excepción, han cometido los tres mismos errores:
1.ºCreer en la existencia de un nacionalismo moderado con el cual se podía pactar (no existe el nacionalismo moderado, se trata de un espejismo; lo que sí hay es una facción del movimiento secesionista que, hipócrita y hábilmente, ha venido disimulando sus intenciones).
2.ºPensar que al nacionalismo se le aplaca mediante concesiones de dinero y poder.
3.ºLa convicción ―por un exceso de confianza en las capacidades personales propias, quizás― de que, llegado el momento, podrían dominar al monstruo que estaban alimentando.
Por eso ellos pasarán a la historia como los máximos responsables del terrible desastre que se nos avecina.

30 de noviembre de 2013

La estrategia del miedo

El Ejecutivo de Artur Mas ha anunciado que emprenderá acciones judiciales, por la vía civil y por la vía penal, contra varios periodistas. Les acusa de «fomentar el odio a Cataluña y a los catalanes», un clásico en el repertorio separatista. El mismo Gobierno autonómico que ―con absoluta impunidad― lleva años desacatando las varias sentencias del Tribunal Supremo en materia lingüística acudirá a la Justicia española.

La base de las imputaciones reside en un informe del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), órgano censor de la Generalidad, con una recopilación de frases presuntamente proferidas en diversos medios de Madrid, que trazan semejanzas del nacionalismo catalán con los totalitarismos. Entre los comunicadores a represaliar figuran Xavier Horcajo, José Antonio Sentís, Alfonso Merlos, Gabriel Albiac y Hermann Tertsch. Pero es, sin duda, Federico Jiménez Losantos quien protagoniza el citado estudio, el cual le achaca hasta 27 supuestas infracciones del artículo 57 de la Ley General de Comunicación Audiovisual.

Federico Jiménez Losantos, recuperándose
del secuestro y el disparo en una pierna de
los que fue víctima a manos de terroristas
de Terra Lliure el 21 de mayo de 1981
Harto sorprendente resulta el caso de la diputada autonómica de Ciudadanos Inés Arrimadas, también incluida en la lista pese a no ser periodista, sino representante elegida del pueblo catalán, debido a las críticas a la inmersión lingüística que realizó en una tertulia de Intereconomía TV.

Aunque expertos juristas coinciden en afirmar que esta ofensiva de la Generalidad tiene escasas probabilidades de prosperar en los tribunales, ya ha cumplido uno de sus objetivos: colocar a las personas mencionadas en el centro de las iras de las masas nacionalistas. Aquí, en la extremadamente convulsa sociedad catalana, donde el radicalismo crece peligrosamente por momentos y se suceden episodios de violencia como la de anteayer, cuando decenas de separatistas asaltaron la sede de UPyD en Barcelona y agredieron a un trabajador.

Y constituye también un aviso para navegantes. Una velada amenaza a todos aquellos que, aun no siendo tan famosos e influyentes como los ahora apuntados, osen mostrar sus discrepancias en el futuro; desde sus puestos de articulistas, de columnistas, de escritores, de locutores, de tertulianos... e incluso de humildes blogueros. En la jefatura del Estado y en el Gobierno de la nación siguen sin comprender ―o fingen no haberse enterado― que lo instaurado en Cataluña es un régimen antidemocrático y contrario a las libertades, un movimiento que arrolla implacablemente a todo el que no se doblegue. De manera sistemática, inmisericorde, ejemplarizante. Porque sabe que en el silencio sobre sus desmanes tiene a su mejor aliado.

Joan Carretero fue consejero de Gobernación de la Generalidad entre 2003 y 2006, y además de su involucración en escándalos de corrupción (acabó ante los jueces por la turbia recalificación de unos terrenos, y de él destapó la prensa en 2008 que llevaba casi dos años cobrando un jugoso sueldo de 32.000,04 euros como codirector de un hospital... que todavía no había empezado a construirse), también tiene en común con la actual casta dirigente catalana su interés por proclamar la secesión. Carretero es, hasta el día de hoy, quien más diáfanamente ha verbalizado las verdaderas intenciones del frente separatista. Lo pronunció el 27 de febrero de 2010, durante la inauguración en Gerona de una sede del partido extraparlamentario que preside, Reagrupament; y aunque, inexplicablemente, sus declaraciones pasaron desapercibidas para la prensa de difusión nacional, sí fueron reproducidas por algunos diarios regionales:
«Nos cargaremos a cualquiera que se interponga en nuestro camino, le daremos una patada en el culo, porque llevamos 300 años perdiendo y yo ya estoy harto de perder, ya hemos perdido demasiadas batallas».
Es la estrategia del miedo, la antigua táctica de amedrentar a quienes no se dejaron comprar por suculentos sueldos públicos o subvenciones. Pretenden que este sea tiempo de callar.

6 de noviembre de 2013

‘Cataluña hispana’, nuevo libro de Javier Barraycoa

Prólogo de la obra:
«¿Sabía que la primera capital de la España unificada por los godos fue Barcelona? ¿O que la Marca hispánica ya reunía condados navarros, aragoneses y catalanes, prefigurando la reunificación de España? ¿Conocía que la Barcelona de 1714 estuvo defendida también por un Tercio de castellanos y que Felipe V, tras la Guerra de sucesión, constituyó un cuerpo para su protección personal dirigido por catalanes?
»¿Sabía que en Barcelona, cuando nadie conocía la sardana, el baile más popular era el de San Isidro, en memoria del patrono madrileño? ¿O que hasta la llegada del catalanismo, a ningún catalán se le ocurrió poner el nombre de Jordi a sus hijos? ¿Y que el Monasterio de Montserrat tuvo monjes castellanos durante cuatro siglos y dependía de la comunidad benedictina de Valladolid?
»¿Alguien le habló de cuando el Himno de España sí tuvo letra oficial y que fue compuesta por un catalán? ¿Y que el origen de los “Castellers” no fue catalán sino valenciano? ¿O que en el diccionario de lengua española hay más de mil vocablos de origen catalán? ¿Sabía que los catalanes participaron en todas las grandes gestas militares del imperio español, como en la crucial batalla de Lepanto?
»Este libro descubre infinidad de historias que demuestran la verdadera esencia hispánica de Cataluña y desvela la mitología y las miserias intelectuales del nacionalismo catalanista. El nacionalismo ha sido el verdadero “descatalanizador” de Cataluña queriendo privarle violentamente de su naturaleza hispana. Sin Hispanidad no existiría Cataluña, sin Cataluña no podrá existir la Hispanidad».

El profesor Barraycoa regresa con
más datos históricos ocultados o
poco conocidos, en este nuevo
libro de 300 páginas
Reseña de Alfonso Carlos Amaritriain, publicada en el diario Ya, el 4 de noviembre de 2013:
«Llega a nuestras manos un nuevo libro de Javier Barraycoa dedicado al tema catalán. Su anterior obra Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán, (LibrosLibres 2011), fue un impacto editorial por varios motivos. Por un lado, por el éxito de ventas, pero por otro ―y más importante― es que por fin veía la luz un libro que presentaba cara a la mitología nacionalista, pero de una forma muy peculiar. No era un libro de queja y crítica fácil, ni tampoco era un pesado volumen de historia, ilegible y fatigoso. Por el contrario, el libro articulaba ―a través de múltiples historias y anécdotas― un mosaico de las falsedades del nacionalismo, de sus contradicciones y miserias. De forma muy entretenida, pero con rigor e infinidad de datos, el nacionalismo catalán quedaba contundentemente desnudado.
»Ahora aparece Cataluña Hispana (LibrosLibres, 2013), con el contundente y largo subtítulo Historias sorprendentes de la españolidad de Cataluña y el fraude del nacionalismo. Es evidente que el momento es más que oportuno. En medio de una deriva nacionalista y una crisis institucional que va a enturbiar terriblemente las relaciones entre Cataluña y el resto de España, hacía falta que alguien expusiera verdades históricas que permitan entender qué es verdaderamente Cataluña. La tesis del libro es sencilla y contundente: la catalanidad es una concreción particular de la Hispanidad. El nacionalismo catalanista ha “descatalanizado” la verdadera Cataluña para convertirla en una caricatura de sí misma. Por el contrario, al leer Cataluña Hispana de Barraycoa uno se reconcilia consigo mismo, pues vuelve a admirar lo que es Cataluña y se siente orgulloso de lo que ha representado para la Hispanidad.
»El texto se estructura a base de pequeñas historias que se entrelazan en una linealidad histórica que va desde la hispanidad de la romanización, pasando por el reino visigodo, la reconquista, la participación en la Monarquía hispánica y el Imperio, la lucha contra la modernidad que atentaba contra la esencia tradicional de Cataluña y, por último, cómo la aparición del nacionalismo aboca a la Cataluña hispana al abismo y la pérdida de su identidad y posiblemente su desaparición.
»El lector descubrirá infinidad de datos históricos que le permitirán ver la historia de España de una forma totalmente nueva y sorprendente. Desde las referencias bíblicas a España, pasando por la proclamación de Barcelona como la primera capital del Reino visigodo de España, el título del Arzobispado de Tarragona como Primado de las Españas, el papel de los condes de Barcelona y sus matrimonios con estirpes castellanas, la verdadera composición étnica de los almogávares, la participación catalana en las grandes gestas de la monarquía hispana, como Lepanto o la conquista de América, etc. Incluso afloran grandes curiosidades desconocidas para el gran público tal y como la formación, por parte de Felipe V, de su guardia de corps (Los Granaderos reales) con la nobleza catalana; o como las letras oficiales del Himno de España fueron compuestas por un catalán, o cómo los catalanes tenían una profunda devoción al madrileño San Isidro labrador.
»La última parte del libro, nos descubre una contradicción: por una banda la eclosión españolista que vivió Cataluña en el siglo XIX y, por otra, la aparición el catalanismo. El análisis del origen del catalanismo que nos ofrece este texto es insustituible. Se aborda su emergencia desde su versión más “sacralizada”, como una nueva religión, promovida especialmente por un clero que queriendo imitar la tradición, no hizo más que traicionarla. De una forma clarividente van rastreándose las miserias del nacionalismo, sus odios y auto-odios. Ningún personaje fue más odiado por los catalanistas que el propio Companys. Para demostrarlo el autor sólo tiene que recurrir a los testimonios de los nacionalistas de la época en la que ellos mismos se retrataban y destripaban. El libro acaba con una advertencia y una esperanza. Si bien el nacionalismo está matando los restos de la verdadera Cataluña, también es cierto que tenemos una historia que nos permite redescubrir las grandezas de Cataluña y su sentir plenamente hispano.
»La moraleja de esta entretenidísima y apasionante lectura es que si desde el resto de España se desprecia Cataluña, estamos despreciando a España; y si desde Cataluña se desprecia al resto de España, es que estamos despreciando Cataluña. La política del odio, que han practicado los nacionalistas como casi una secta religiosa, debe ser sustituida por una comprensión de nuestra común historia y de un amor mutuo. En definitiva, este es un libro indispensable para cualquier catalán y cualquier español.
Entrevistas al autor:

2 de octubre de 2013

Sin moral

Dos noticias, publicadas ambas en el diario Crónica Global ayer, 1 de octubre. El titular de la primera de ellas dice así:
«La Generalidad mantiene suspendido sine die el pago a los geriátricos privados».
Las ayudas a las residencias geriátricas privadas concertadas están congeladas desde los pasados meses de agosto y septiembre. La medida tenía carácter «temporal», según anunció inicialmente el Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales (ICASS). Ahora, su directora, Carmela Fortuny, culpa a la falta de recursos de esta nueva decisión, que paraliza además el ingreso a plazas de prestación económica vinculada, única vía rápida de acceso para aquellas personas mayores que no podían esperar a la adjudicación de una plaza en el colapsado sistema público.

A continuación, el otro titular, del mismo día:
«Mas se compromete a aportar otros 675 millones de euros a TV3 y Catalunya Ràdio».

Quien está prometiendo prosperidad en una Cataluña
independiente, la gobierna hoy de forma vergonzosa
como Comunidad autónoma
El cuerpo de la noticia detalla la aprobación de un plan de transferencias anuales, entre 2013 y 2016, por valor de 225 millones de euros (treinta y siete mil quinientos millones de pesetas) cada una a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales. El ente más deficitario de todas las Autonomías de España ha costado a nuestros bolsillos 2.996 millones de euros (casi medio billón de pesetas) desde el año 2007. Una política de contratos multimillonarios con productoras propiedad de “estrellas” mediáticas (Toni Soler, Antoni Bassas, Albert Om, Carles Capdevila, Ramon Pellicer, Xavier Bosch, Andreu Buenafuente y Josep Cuní) ha contribuido a lograr esa grave situación económica, unida a los astronómicos sueldos de sus directivos. Como ejemplo se cita el caso de Eugeni Sallent, director de TV3, que el año pasado percibió un sueldo bruto de 164.965,72 euros. El cobrado por su predecesora en el cargo, Mónica Terribas, fue incluso superior: 208.999,96 euros. En la actualidad, Terribas ha sido contratada como presentadora del programa Els Matins de Catalunya Ràdio por 260.000 euros brutos, más un variable de hasta 175.000 euros si su programa radiofónico recupera el liderazgo de las mañanas, perdido por el anterior presentador Manel Fuentes tras su breve paso por la emisora pública.

Como complemento a estas dos informaciones, una tercera, hecha publica por ABC el 24 de septiembre y que en su titular da cuenta de lo siguiente:
«La empresa del cuñado de Mas multiplica por 60 su facturación a la Generalitat».
El diario de Vocento destapa cómo el grupo Seidor, una consultora de servicios informáticos radicada en Barcelona, que entre enero de 2006 y septiembre 2009 había realizado trabajos al citado gobierno autonómico por un importe total de solo 5,3 millones de euros, ha pasado a facturarle 322 millones de euros desde el regreso de CiU al poder. Tan asombroso incremento ―del 6.000%―, gracias al aumento del volumen y de la cuantía de las adjudicaciones públicas realizadas por diversos organismos y departamentos de la Generalidad de Cataluña, ha coincidido en el tiempo con el fichaje en Seidor de Joan Antoni Rakosnik, hermano de la esposa de Artur Mas.

Así va esta región con los nacionalistas, quienes luego encima achacan la causa de todos sus males a Madrit. Y tienen razón: efectivamente, la culpa la tiene Madrid. Por consentirlo.

12 de septiembre de 2013

El eslabón perdido

11 de septiembre, festividad por antonomasia del nacionalismo catalán. Conmemoración de la invasión castellana de Cataluña que jamás sucedió. Barra libre de falsedades históricas y mentiras. Exhibición del peor folclorismo. Victimismo a gogó.

Como eso de una marcha multitudinaria o trashumancia a favor de la secesión ya lo hicieron el año pasado, para esta Diada la Sección de Coros y Danzas de la Generalidad eligió formar una gigantesca cadena humana. ¡Eso sí!, colándonosla como si de una iniciativa popular espontánea canalizada por la Assemblea Nacional Catalana se tratase, igual que en anteriores ocasiones.

Vía Catalana es el nombre que los organizadores dieron a esa especie de macrocorro de la patata, para seguir cultivando la perversa sinonímia entre los conceptos catalán y antiespañol. Y allí estuvieron los de siempre: subvencionados, subvencionables, fanáticos de mirada perdida, catetos levitando, tresporcientistas y cuatroporcientistas, cantantes olvidados, artistillas de rodillas, cuentatrolas, exaltados poniendo los ojos en blanco, zampacalçots con cargo al erario, intelectuales de la talla de Joel Joan, 1.714 iluminados, charnegos agradecidos, justomolineristas, gente lavando sus orígenes, el humorista Alfons López Tena ―detenido tras protagonizar un altercado―, magos capaces de convertir dinero público en privado, adictos a la catalaína, uno que quería ligar, chamanes de la nación en ciernes, tribalistas de hoy, caciquistas de ayer, subsaharianos con barretina, políticos sonrientes, robahuevos con escolta, un hijo de Pujol... y mucho, mucho gaznápiro timado con los espejuelos y las cuentas de vidrio brillantes que el régimen separatista vende como piedras preciosas.


Publicidad de un zurrón con productos autóctonos y
etiquetados en catalán, al precio de 12 euros, para
avituallar a los participantes en la cadena humana
Conectar los extremos norte y sur de Cataluña constituía un objetivo muy ambicioso. Y más así, a base de voluntarios en vez de con enfermos apuntados en las listas de espera de la sanidad catalana. Una distancia de 400 kilómetros, divididos por la organización en 78 tramos de 500 metros cada uno, que quedó finalmente cubierta de manera exitosa por cientos de miles de personas. No llegaron a ser tantas como las que consigue reunir el régimen de Corea del Norte o como las que desfilaban en Roma ante Mussolini, pero casi. Todo se andará, que por algo los métodos de propaganda y adoctrinamiento son los mismos.

No obstante, en el colorista evento de ayer pesó una importantísima ausencia: la de Artur Mas. ¿Por qué no fue el principal beneficiario e instigador del numerito?, se habrá preguntado más de uno. ¿Estaría en Liechtenstein? Si hasta parece que actúa como algunos otros presidentes de la Generalidad, que con sus encendidas arengas enviaban a los demás a luchar mientras ellos corrían en dirección contraria hacia lugar seguro. Bueno, pues no. El Molt Honorable i molt endeudado Artur rehusó acudir a entrelazar sus manos con las de sus abnegados súbditos por la sencilla razón de que él prefiere hacer las cadenas de otra manera: dando 893 millones de euros (150.000 millones de pesetas) a la cadena TV3 en los últimos tres años para que no deje de suministrar burundanga a la población. Y todo ello mientras cierra servicios hospitalarios, reduce la disponibilidad de las ambulancias, se salta las pagas extra de los funcionarios, no abona los medicamentos a las farmacias...

12 de agosto de 2013

Desmontar embustes

A finales de julio, el día 29, TotTarragona.cat publicó un artículo de enorme valor. Venía firmado por Joaquim Vandellós Ripoll, quien ya había colaborado anteriormente en la sección de Opinión de ese diario digital, así como en la de algunos otros, mediante nada desdeñables aportaciones. En esta, que lleva por título «La falsedad del ‘Derecho a decidir’», reúne los principales y más propagados dogmas del credo secesionista y los pulveriza bajo el peso de una lógica incontestable. Y con gran valentía además, en esta Cataluña de fanatismo y violencia donde se criminaliza toda disidencia del pensamiento único. Lo cual convierte en aún más admirable a este jovencísimo autor que cuenta con tan solo 17 años de edad.


Artículo de Joaquim Vandellós
Esta es la traducción del artículo íntegro, originalmente publicado en catalán:
«En una época necesitada y carente de horizontes, con ideologías reprimidas y dificultades económicas, el independentismo nos ofrece un proyecto de futuro ante la falta de cohesión de la sociedad española. Frente al paro, los recortes en sanidad y educación, y las congelaciones salariales, se nos propone ni más ni menos que romper con el resto de España. De forma maquiavélica y aprovechando la grave situación actual que sufren muchas personas, se nos ha pintado a España de manera falaz como la responsable de todos nuestros males y al supuesto Estado Catalán como la solución a todos nuestros problemas. ¿Qué mejor manera hay de fomentar el odio a España que echándole la culpa de la situación actual?
»El separatismo, creyéndose poseedor de una moralidad superior, ha defendido con una hipotética legitimidad democrática el “Derecho a decidir” y ha convertido en derecho su voluntad de romper la unidad de España, tildando de antidemocráticos a quienes nos oponemos a ese derecho ficticio. La posibilidad de que ganase el en una consulta ficticia nos permitiría alcanzar la “plenitud nacional” y librarnos de España, la culpable de todos nuestros males. Es curioso que se considere que los ciudadanos de Cataluña están capacitados para decidir en qué Estado desean vivir, pero en cambio no se les quiera conceder el mismo derecho a elegir una cosa tan simple como que sus hijos estudien en catalán o en castellano como lengua vehicular en las escuelas. Tampoco se concede el derecho a que Tarragona decida si realmente quiere seguir formando parte de Cataluña o prefiere constituirse en una comunidad uniprovincial, con las ventajas que eso comportaría. Por lo tanto las bases de ese supuesto “Derecho a decidir” no son la legitimidad democrática y la libertad del pueblo como nos intentan hacer creer los separatistas, sino la defensa de sus intereses partidistas y su voluntad de romper con España.
»Un claro ejemplo de esa moralidad democrática superior que se atribuye el nacionalismo es el atrevimiento de la portavoz de CiU en el Ayuntamiento de Tarragona, Victòria Forns, que se atrevió a acusar al pleno de “perpetrar un atentado contra la democracia” por votar contra el Pacto por el Derecho a Decidir. Lo que sin embargo no mencionó la Sra. Forns es el poco respeto que su partido tiene por el Estado de Derecho. Un partido como CiU, que ha incumplido una sentencia del Tribunal Constitucional y cinco del Tribunal Supremo en referencia a la inmersión lingüística y que ha expresado públicamente su insumision a las leyes aprobadas en el Congreso de los Diputados que no le gusten, no creo que sea el más adecuado para dar lecciones de democracia a nadie.
»Si la unidad de España se puede quebrar, la de Cataluña también. Si Cataluña tiene derecho a decidir, también lo tendrán sus municipios. En una hipotética consulta, ¿permitirán los nacionalistas que todos aquellos municipios como Tarragona donde gane el no a la ruptura continúen formando parte de España?
»La soberanía nacional reside en el conjunto de la nación española, no solo en una parte de esta. Resultaría terriblemente injusto que una decisión que afecta al conjunto de la población, fuese tomada por solo unos cuantos. Sería como pretender que Valls por sí misma tomase una decisión que afectase al conjunto de la provincia. Esa soberanía está contemplada en la Constitución Española de 1978, que es la garantía de nuestra democracia. Los que no respetan el ordenamiento jurídico y proponen consultas ilegales son quienes realmente atentan contra la democracia».

19 de julio de 2013

El increíble vuelo del ‘hombre-silla’

El 6 de octubre de 1993, Larry Walters, de 44 años de edad, volvió a internarse en el turístico parque Angeles National Forest, de California. Anduvo hasta un remoto paraje, su favorito. Y una vez allí, contemplado por la grandiosidad de aquel paisaje natural que prolongaba su belleza hasta el horizonte, se pegó un tiro en el corazón con una escopeta.

La suya es una sorprendente historia que había comenzado once años antes.

Camionero de profesión, Lawrence Richard Walters siempre soñó con volar. No había sido admitido en las Fuerzas Aéreas debido a falta de agudeza visual. Tampoco poseía formación aeronáutica de ninguna clase. Pero ese “pequeño” inconveniente no iba a frenarle en sus aspiraciones. Guardaba celosamente varias decenas de globos meteorológicos que, siendo solo un niño, había comprado en una tienda de excedentes de la Armada, decidido a cumplir algún día un descabellado propósito.

Y el momento llegó, el 2 de julio de 1982. El pequeño patio trasero de la casa de su novia Carol, en la localidad californiana de San Pedro, resultó el emplazamiento elegido como eventual base de despegue. Larry ató 42 de aquellos balones aerostáticos a una silla de jardín —hecha en aluminio y adquirida en los grandes almacenes Sears por 110 dólares— y, uno a uno, fue inflándolos con helio. Su equipaje durante la travesía se compondría de, entre otras cosas, una botella de Coca-Cola de tamaño familiar, un transmisor de radioaficionado para alertar de su presencia a otras aeronaves y comunicarse con su tripulación en tierra, algunos bocadillos, un altímetro y ―lo más importante― una pistola de aire comprimido para aterrizar reventando los globos a disparos. La silla llevaba además 35 garrafas de agua amarradas alrededor como lastre. Cuando el Inspiration I ―así había bautizado al ingenio― estuvo definitivamente listo, su intrépido inventor se acomodó a bordo sentándose con un paracaídas y mediante un gesto indicó a sus amigos que cortaran las dos sogas de nylon que lo mantenían anclado al parachoques del jeep de uno de ellos. Sucedió entonces algo imprevisto: el artefacto salió lanzado violentamente hacia arriba a una vertiginosa velocidad de más de 180 km/h, unos 5 metros por segundo, que incluso causó la pérdida de las gafas de sol a su atónito ocupante. El reducido grupo de ayudantes y curiosos allí congregados observaron cómo Walters iba desapareciendo en el cielo, convirtiéndose en un punto lejano y casi irreconocible. Su ascenso libre duró varios minutos, hasta alcanzar una altitud de 5.000 metros (16.000 pies).

El plan inicial consistía en elevarse suavemente apenas unas decenas de metros, las suficientes para asegurarse buenas vistas. Y ser luego impulsado por la brisa centenares de kilómetros a través del cercano Desierto de Mojave, hasta concluir el viaje en las Montañas Rocosas sin mayores problemas al cabo de escasos días. Mas nadie había realizado cálculo alguno sobre la enorme fuerza ascensional encerrada en tantos metros cúbicos de gas y la idea salió mal.

Carol, nerviosa ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, contactaba desesperadamente por radio para saber el estado de salud de su errante compañero, quien se encontraba mareado y medio congelado por las bajísimas temperaturas. Y aunque portaba consigo una cámara, la impresión le impidió sacar ni una sola fotografía durante las largas horas en que permaneció flotando sobre la populosa ciudad de Los Ángeles.

El perplejo piloto de un avión de la TWA transmitió a la torre de control que acababa de cruzarse en el aire con un señor sentado en una silla. Y solicitó la inmediata activación de un plan de salvamento. Otro piloto, de la compañía Delta en esta ocasión, informaba sobre la misma grotesca escena unos instantes después. Para entonces, Larry ya había dado orden a sus colaboradores de que pidieran ayuda pues temía invadir el espacio aéreo del aeropuerto, con el lógico riesgo que eso conllevaba. Él mismo consiguió sintonizar desde las alturas con un canal de emergencias usando su radiotransmisor y describió su dramática situación a un operador, el cual no salía de su asombro ante lo que estaba escuchando.

En su incontrolable deambular, el náufrago volador divisó el césped de un lujoso club de golf. Parecía un lugar idóneo donde posarse y terminar aquella peripecia, por lo que creyó llegada la oportunidad de descender, disparando unos cuantos balines a los globos. Pero perdió el arma en el intento al escurrírsele de las manos y el Inspiration I continuó a la deriva, yendo a enredarse en unas líneas de alta tensión de la Calle 45, en un barrio residencial al nordeste de Long Beach. «Ahí fue cuando me asusté ―explicaría Larry más tarde al rememorar sus sensaciones mientras veía aproximarse las torres eléctricas―, esas cosas te fríen».

Afortunadamente, el recubrimiento de los cables le aisló de una fatal descarga y los bomberos lograron rescatarle ileso, tras cortar el suministro de electricidad durante 20 minutos en una extensa zona de viviendas.

Mientras la Policía procedía a detenerle y esposarle, Walters comentó jocosamente a un reportero que se había abalanzado a arrancarle una entrevista:
«Ya no puede uno ni sentarse un rato».
Acababa de batir un récord mundial de altura en la modalidad de vuelo con varios globos montado en aquella silla de jardín, la cual regaló a unos niños del vecindario donde había aterrizado y que no volvería a ver jamás —con posterioridad, lamentaría profundamente haberse desprendido de ella; sobre todo después de conocer el interés mostrado por el Smithsonian Institute para exhibirla en su museo—. Pero su proeza nunca fue inscrita oficialmente porque no reunía los requisitos imprescindibles, ni había contado con instrumental homologado que la registrara de manera fiable.

Muy disgustada con él, la Administración Federal de Aviación (FAA) sancionó al imprudente Larry con 4.000 dólares por cuatro infracciones graves de su normativa: volar en un aparato sin certificado de aeronavegabilidad, provocar riesgo de colisión con otros aviones, entrar en el área de tráfico de un aeropuerto sin mantener comunicación con los controladores de la torre, y poner en peligro vidas y propiedades. No obstante, esta aceptó varias alegaciones y finalmente redujo el importe de la multa a solo 1.500 dólares.


La silla, en la actualidad. Aunque se creía perdida,
ha sido recuperada recientemente y conserva aún
13 de las 35 garrafas originales que la lastraban
(Fotografía: Mark Barry; Markbarry.com)
Larry Walters era ya en esos momentos toda una celebridad. La noticia había gozado de tan amplia difusión que dejó su empleo en la empresa de transportes, convencido de hallarse ante un prometedor futuro mediático. Participó como invitado en varios programas de radio y en dos espacios de gran audiencia de la televisión norteamericana: Late Night with David Letterman y The Tonight Show, presentado por el afamado Johnny Carson. Llegó incluso a ser requerido como conferenciante en seminarios sobre motivación.

Pero, aunque probadamente valeroso —temerario, más bien—, este Ícaro moderno era hombre taciturno y de pocas palabras; carecía de cualidades para la comunicación. Y pronto cayó en el olvido del público.

Apenas había obtenido unos cientos de dólares con sus apariciones en los medios. Que sumados a los 1.000 que la marca Timex le pagaría en 1992 por anunciar relojes, ni siquiera llegaban para sufragar el coste total de su aventura. Amargamente decepcionado con los resultados, optó por volver a su modo de vida sencillo. Siempre había confesado amar la tranquilidad y la Naturaleza, e ingresó en el Servicio Forestal de los Estados Unidos. También el terreno sentimental le depararía otro duro revés cuando, después de tres lustros de noviazgo, sufrió el abandono de Carol.

Soltero y sin hijos, únicamente le sobrevivieron su madre y dos hermanas. Quedan para el recuerdo las declaraciones que realizara al periódico Los Angeles Times al regreso de su insólito paseo:
«Tenía que hacerlo. Llevaba 20 años soñando con ello, y si no lo hubiese llevado a cabo, creo que habría terminado encerrado en un manicomio. Nunca pensé que, alcanzando mi meta en la vida, mi ilusión, armaría tal revuelo y conseguiría que la gente se riese».
Supe de estos asombrosos hechos hace ya algún tiempo y fue mucho lo que me impresionaron. He querido compartirlos con los lectores, aquí, en el blog. Hoy no tenía ganas de escribir sobre esos colgados e ilusos del separatismo; estoy cansado, me tienen harto, no se merecen tanta atención. Aunque, en el fondo, este relato trata un poco sobre ellos también.

27 de junio de 2013

Redención

José Gómez Romero, conocido musicalmente como Dyango, sorprendía al país el pasado 4 de junio proclamando su apoyo a la secesión de Cataluña. Fue a través de una intervención telefónica en el espacio de 13TV «Más claro agua», presentado por Isabel Durán. El cantante quiso anunciarlo públicamente, cuando explicaba los motivos de su participación ―junto a otros artistas, como Gerard Quintana, Paco Ibáñez, Ramoncín o Peret― en el concierto secesionista organizado para el próximo sábado en el estadio del Barça (Concert per la Llibertat). Y afirmó sentirse ahora «más catalán que español».

Los tertulianos del programa cuestionaron la sinceridad de Dyango, de 73 años de edad, y apuntaron la posibilidad de que la suya fuese una conversión interesada.

Apenas dos días después, el baladista, quien representó a España en el Festival de la OTI de 1980, ofrecía más detalles en el transcurso de una entrevista para el magazín matinal de radio «El món a RAC1»:
«Soy independentista. No sé desde cuando, no podría calcularlo ni pensarlo. Se lleva en la sangre, no se puede evitar».

Dyango escenifica su posicionamiento político
posando con una estelada en Montjuich
Y así, apelando a la hematología, zanjaba Dyango la controversia e ingresaba definitivamente en el elenco de famosos merecedores de toda clase de halagos y parabienes por parte del catalanismo. Desde entonces viene siendo obsequiado con el tradicional ritual de aceptación tribal, en los medios de comunicación y en las redes sociales. Incluso la Belén Esteban del separatismo, Pilar Rahola, aparcó su vocinglera antipatía habitual para dispensarle una tierna acogida, rayando en la cursilería: «T'ESTIMEM» (‘Te queremos’), gritó el día 11 al otrora intérprete del pasodoble Suspiros de España, a través de un mensaje en Twitter.

El 22 de junio, el también catalán (barcelonés, nacido en 1943) y compañero de profesión Juan Erasmo Mochi, ha publicado en Facebook una misiva dirigida a su paisano, con el título, «Carta abierta a Dyango “el separatista”», y cuya reproducción, íntegra y textual, sigue a continuación:
«Estimado Dyango:
»Siempre hemos tenido una buena relación y te he respetado como artista y profesional esforzado que no “tira la toalla”.
»Los que tenemos la suerte de recorrer el mundo recibiendo el afecto que nos brindan miles de personas con total generosidad, sin ponerle etiquetas racistas o nacionalistas, deberíamos estar por encima de supuestas identidades diferenciadoras; como la que tu has asumido de “Catalanista” (¿Abducido?) que no se siente Español, cuando en España y en todo América, se te siente y respeta como a un gran artista Español.
»Hay muchas razones para demostrar la “sin razón” de los independentistas catalanes. La primera y principal es la de la falsificación de la historia. La verdadera, escrita por prestigiosos historiadores “independientes”, está al alcance de todo el que quiera conocer la verdad. No necesito explicarla yo.
»Los que se consideran solo “Catalanes”, esgrimiendo la singularidad de sus genes, debieran considerar que, aunque los humanos seamos también animales (¿racionales?) no somos ni Pastores Alemanes ni Samoyedos, ni Chihuahuas…como para reivindicar una raza única y pura. La autentica “raza” de los habitantes de la península Ibérica, es la de la mezcla de razas que, en el transcurso de nuestra historia, se han mezclado tanto como para no poder reivindicar una en concreto.
»Te invito a reflexionar seriamente sobre lo que estás haciendo, porque me duele ver que le echas leña al fuego de la sin razón. Te prevengo, si esa autodeterminación de Cataluña, que tu defiendes, la llevara a la independencia, tu situación, en ese “paraíso catalanista”, sería la de un “Charnego”, que es como los catalanistas llaman despreciativamente a los que no consideran de auténtica raza Catalana.
»Tus dignísimos apellidos: Gómez, de puro origen Godo, invasores de la península allá por el siglo V y fundadores de la nacionalidad Española, y Romero: adjudicado por vez primera a los invasores Alanos de Galicia que, posteriormente, pasaron al reino de Aragón y que también adoptaron muchos peregrinos sin apellido y judíos conversos; te convertirían en un ciudadano de tercera clase. Todo lo mas, en un “Charnego” consentido. Te lo asegura tu amigo Juan Erasmo, Español fabricado en la isla de Ibiza, nacido en Barcelona, padre, hijo, nieto, biznieto, hermano, tío, primo, sobrino.... de Españoles nacidos en Cataluña y Mallorca, que no cree que un Catalán sea distinto de un Gallego, un Vasco o un Andaluz. Porque todos somos Españoles.
»Puede que, a mí, a partir de ahora, me impidan actuar en mi querida Cataluña, y que a ti, “Charnego” agradecido, la Generalidad de Cataluña, te premie con una gira por tu actuación, en compañía de otros, en un concierto independentista. Pero entre los aplausos que recibirás, te faltará uno que siempre habías tenido: El mío.
»Te mando mi canción “AGITELO BIEN” LA AUTODETERMINACION para que, si recapacitas, en el futuro la cantemos a dúo.
»Desde la admiración y el respeto,
»Juan Erasmo Mochi».
Queda por ver si este movimiento golpista coronará su objetivo de violentar la legalidad y desgajar Cataluña de España. Lo que sí está consiguiendo, de momento, es abrir una profunda ―y peligrosa― brecha entre catalanes, de imprevisibles consecuencias.

21 de mayo de 2013

Píxeles humanos

El 18 de mayo, la mayoría de medios regionales se hicieron eco de la siguiente información publicada por la Agència Catalana de Notícies (ACN):
«Un total de 2.014 voluntarios [cifra que hace referencia al año del 300 aniversario de la supuesta invasión castellana de Cataluña, y fecha inicial del planeado referéndum de autodeterminación] han formado este sábado al mediodía una estelada [bandera separatista] humana en la Plaza del Ayuntamiento de Igualada para reivindicar la independencia. Vestidos con camisetas y gorras amarillas, rojas, blancas y azules, los participantes han hecho posible la primera ‘stop motion’ soberanista. Esta técnica de animación consiste en crear un vídeo a partir de la unión de muchas fotografías consecutivas para proporcionar la sensación de movimiento. Cerca de veinte fotógrafos y más de 170 coordinadores se han repartido por diferentes balcones de la plaza para capturar la acción mediante instantáneas».
A las pocas horas de conocerse la noticia, usuarios de Internet difundieron por las redes sociales este ilustrativo fotomontaje:

La imagen del recuadro inferior izquierdo corresponde al evento organizado el pasado sábado en Igualada, provincia de Barcelona

16 de mayo de 2013

Los olímpicos

En ocasiones, la domesticada y obediente prensa que Artur Mas subvenciona con nuestro dinero trae noticias curiosas, dignas de mención. Tal es el caso de la edición de Nació Digital para la comarca del Vallés Oriental del pasado sábado, la cual nos informa sobre un insólito campeonato disputado en el municipio barcelonés de la Garriga: el lanzamiento de DNI español cuanto más lejos, mejor.

Justo es reconocer que esta nueva modalidad deportiva, repleta de simbolismo, resulta un poco más sofisticada que el levantamiento de arado; y que no ensucia ni lo pone todo perdido como la tradición rural de partir sandías a cabezazos. Pero contiene una gran carga vejatoria para la nación y el sentimiento patrio, que era lo que se pretendía.


¡Atención a la pinta de la paella, atención!
Varias decenas de separatistas de toda Cataluña, convocados a través de las redes sociales, tiraron con fuerza sus respectivas tarjetas de identidad en feroz batalla contra las leyes de la Física y el viento. Aunque nada pudieron frente el gerundense David Tarrats, que con una envidiable marca de 10 metros y 24 centímetros mereció el codiciado premio consistente ―como no podía ser de otra forma― en una butifarra típica del lugar.

El flamante ganador tuvo a bien revelar el secreto de su imbatibilidad: había estado entrenándose durante la semana.

Una vez decidida la victoria, el centenar de asistentes disfrutaron de la música de una banda local y de una paella de monumentales dimensiones preparada por el cocinero Pep Salsetes (algo así como, ‘Pepe Salsitas’), quien atacó las brasas derramando sabiduría culinaria protegido por un mandil con una bandera secesionista, o estelada. Todo ello en un alegre clima de regocijo popular.

Puesto que la noticia no especifica lo contrario es de suponer que, al término de la competición, todos recogieron sus carnés y pusieron buen cuidado en no perderlos.

12 de abril de 2013

3

El tres es número de especial significación para los de la secta porque tercera es la posición que en el alfabeto ocupa la letra c, inicial de Cataluña. Y de ahí, de tan tontorrón planteamiento, que con irreductible frenesí gusten de ponerle un tres a todo cuanto pillan. La primera de las múltiples cadenas autonómicas de televisión del Régimen nació como TV3, hace ya casi tres décadas. Y las que le siguieron también han ostentado de algún modo ese distinguido guarismo: Canal Super3, Esport3, TV3 HD, TV3CAT, 300, 3/24, K3, Canal 3XL... y Canal 33, cuyo par de treses coincide sospechosamente con el eslogan CC o Catalunya Catalana, una reivindicación de pureza étnica y cultural del territorio que se grita por las calles con grafitis en clave mediante un treinta y tres.

Tres se decía además que era el célebre porcentaje de comisión o mordida cobrado por CiU a los adjudicatarios de obras públicas durante sus 23 años de mandato autonómico. Aunque investigaciones posteriores han revelado que esa cantidad se queda corta y nunca bajaba en realidad de un más lucrativo aún 4%.

Y tres son también los años que hoy cumple este blog.

Un total de 1.096 días reuniendo informaciones, narrando el devenir tragicómico de esta región y de la España que lo consiente. Pero, pese a lo penoso de tal cometido, el balance de Catalibanes. Crónicas de la yihad separatista se me antoja positivo por muchos momentos gratificantes. Y atesoro energías para continuarlo, al menos, otro trienío más.

Entre las entradas o posts que más me divirtió escribir recuerdo muy vivamente «La Cicciolina de Lérida», sobre el esperpéntico videoclip promocional de un astro futbolístico aterrizado en la política para envilecerla todavía más: el sin igual Joan Laporta. Por contra, fue la redacción de «Berlusporti» aquella que mayores dificultades entrañó debido a la cantidad de enlaces de prensa, datos, fechas y cifras que hube de contrastar para componer un retrato fidedigno del citado ex presidente del Barça y de sus sórdidas andanzas.

No obstante, sigo considerando la muy reciente «Decidiendo» como la mejor. Quizás porque sintetiza todo lo publicado anteriormente en este compendio o enciclopedia de la sinrazón; dado que es, en cierta manera, su colofón.

Por todas las visitas al blog, por cada uno de los afectuosos correos electrónicos de apoyo, por los numerosos artículos y noticias que he recibido como forma de bella y desinteresada colaboración, por la gentileza de quienes se han adherido como seguidores y la difusión realizada en la red de redes por infinidad de manos amigas que desearía estrechar: gracias. Muchas gracias.

15 de marzo de 2013

Deprisa, deprisa

La secta no sólo pretende la secesión de Cataluña: además la quiere inmediatamente. Rápido, con urgencia, ya. A principios de semana, el diario e-Notícies informaba sobre la premura por acelerar la agenda separatista bajo el titular: «ERC presiona a CiU para adelantar la consulta al 2013». En la coalición de ambas formaciones para repartirse el poder de la Generalidad, Esquerra Republicana de Catalunya es la que realmente gobierna esta Comunidad y va marcándole la pauta al presidente Artur Mas en estas cuestiones.

El mismo día de la aparición de esa noticia, el pasado 11 de marzo, Ramon Carner compartía su ansiedad con los lectores de El Singular Digital a través de una entrevista. Es presidente del Cercle Català de Negocis (‘Círculo Catalán de Negocios’), una asociación de empresarios unidos por su interés común en darle una patada al principal cliente de Cataluña: el resto de España. Entre un cúmulo de victimismo y memeces clásico («la trayectoria del Estado siempre ha sido expoliar los territorios que no eran Castilla», «nosotros siempre hemos tenido en nuestro ADN el sacrificio y el esfuerzo», «España es sinónimo de país no democrático», etc.), Carner mostró el camino hacia el paraíso y nos dijo que corriéramos:
«Si no conseguimos el Estado en seis u ocho meses, los empresarios padeceremos mucho. La única solución para devolver la confianza es que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE y que nuestros recursos sirvan para fortalecer nuestra economía y hacerla competitiva. […] Tenemos que trabajar todos juntos para alcanzar la independencia antes de 2014. Aunque la fecha del 11 de septiembre de 2014 sería una fecha emblemática, no podemos esperar. Las empresas están capitalizadas y no hay recursos para aguantar más tiempo».
Esa data posee una importante carga emocional y movilizadora porque es la del tercer centenario de la invasión castellana de Cataluña que jamás sucedió. Pero también viene siendo tomada desde antiguo por los catalanistas como un límite u horizonte temporal que de ninguna manera debe traspasarse sin haber proclamado el Estado propio.

Para Carner, así como para los socios republicanos de CiU y una gran masa de adoctrinados impacientes, es un asunto de la máxima prioridad.


Tuit del 26-12-2012: ‘¡Cuando tengamos Estado propio
crearemos una oficina de actividades anticatalanas y
juzgaremos a personajes como el Cañas [Jordi Cañas,
diputado autonómico y portavoz de Ciudadanos]
y le [sic] condenaremos a muerte!’
Los motivos parece que son varios. Convencidos por la costosísima propaganda oficial, muchos millares de súbditos tradicionalmente refractarios a la sentimentalidad de las pamemas identitarias y de los tribalismos, han terminado abrazando las tesis separatistas por interés pecuniario. Se han tragado hasta el fondo lo de que en la independencia reside la solución a la crisis y cándidamente esperan la prometida prosperidad. Sería lógico pensar que esa gran bolsa de adeptos sobrevenidos irá desinflándose de forma gradual, hasta rozar la insignificancia, en cuanto empiece la recuperación de la economía española, cosa que, tarde o temprano, llegará. Y eso preocupa a los gerifaltes regionales.

No dejar escapar esta oportunidad de grave deterioro de nuestras instituciones surge como otra poderosa razón para precipitar el proceso rupturista. Con un presidente y un partido inanes en el Gobierno, el PSOE buscando todavía su sitio tras sus pésimos resultados electorales y la Corona noqueada por la cantidad de escándalos que han aflorado, se dibuja un panorama propicio para todo tipo de carroñeros. Gerard Figueras es aquel diputado autonómico de Convergència que, el 15 de junio de 2011, entró en la fama chillando Auxili! con voz trémula cuando una turba de indignados asedió el Parlamento catalán. Casi un año después, a finales de mayo de 2012, y ya aparentemente repuesto del susto, el gallardo Gerard instaba a los militantes de la rama juvenil de su partido, la JNC, a aprovechar la «debilidad de un Estado español que se tambalea y se hace insostenible». Debilidad que, según sigue relatando en su crónica el digital Ara, definió como «económica, institucional y democrática».

Josep Maria Terricabras es catedrático de Filosofía en la Universidad de Gerona y un icono intelectual dentro del secesionismo. En las últimas elecciones autonómicas decidió dar el salto a la política presentándose como candidato en las listas de ERC. Él se ha mostrado igualmente partidario de imprimir celeridad a las acciones a lo largo de una conversación publicada en el número de enero de Esquerra Nacional, boletín de su partido:
«Creo que las emociones, la rabia, la ilusión también son efímeras. Lo comparo siempre con el entusiasmo sexual. Tanto el entusiasmo sexual como el entusiasmo patriótico o nacional tienen una duración determinada, no pueden durar días y días. Tenemos que aprovechar este momento».
No era la primera vez que recurría a símiles “románticos” para ilustrar sus deducciones. El 13 de noviembre de 2012, en plena campaña electoral, este distinguido activista y cofundador de la Assemblea Nacional Catalana ―entidad que organizó la célebre manifestación separatista de la última Diada― había declarado lo siguiente en el número 22 de la revista Òmnium:
«Los procesos de independencia siempre son rápidos, porque si se ralentizan, se corrompen y se complican. Los procesos de emancipación son como los orgasmos, una vez lo empiezas tienes que acabarlo y no lo puedes alargar mucho».
La petite morte, como diría un francés. Abraham Lincoln aseguraba que nadie puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. El tinglado nacionalista es de tal endeblez ideológica, están tan trufado de burdas adulteraciones y mentiras, que corre serio peligro de desmoronamiento en cualquier instante. Ahí podría radicar otra de las causas de tanta prisa.

29 de enero de 2013

Decidiendo

Para comprender la mentalidad separatista, algo no logrado aún por ningún Gobierno de la nación, resulta imprescindible partir de la base de que es un movimiento profundamente cínico. De un cinismo inmenso, descomunal, sin parangón. Que ha encontrado en la mentira y en la manipulación sus armas preferidas.

Especialidad suya es vestir con palabras biensonantes cosas ilegales y antidemocráticas. Por ejemplo, a la imposición del catalán la denominan normalización lingüística ―quienes en Cataluña nos resistimos a dejar de hablar habitualmente en español debemos de ser, por tanto, “anormales”―; al soborno institucionalizado de la prensa lo bautizan con cada golpe de subvención como ayudas al catalán, o protección de una lengua minoritaria también; y tomar de la legalidad sólo aquello que les conviene mientras desacatan el resto recibe de boca de ellos el eufemístico nombre de soberanismo.


Entre la infantilidad y el golpismo, tapan el
retrato del Rey en la toma de posesión de
Artur Mas como presidente autonómico
el 24 de diciembre de 2012
Su más reciente timo en marcha, lo último con lo cual están retorciendo la semántica, es el tan cacareado dret a decidir (‘derecho a decidir’), un eslogan repleto de connotaciones positivas que hábilmente esgrimen para confundir a los incautos y acomplejar a los constitucionalistas. Porque ¿quién sería capaz de oponerse a que el pueblo resuelva sobre cualquier asunto en libertad, quién? ¿Un malvado, un incivilizado, un monstruo? ¿Alguien con profunda aversión hacia la democracia? ¿Quién? Pues, para empezar, ellos. Que con tan artero truco pretenden hurtarnos nuestra soberanía a todos los españoles en cuestiones fundamentales como un cambio en nuestro modelo de Estado, o la modificación de las fronteras de España asociada al desgajamiento de una parte. Además de aspirar a quedarse con infraestructuras pagadas por todos.

Con su concepción totalitaria y su nacionalismo exacerbado, serían precisamente los separatistas los primeros en impedir violentamente que cualquier pueblo, ciudad o comarca actual optase por segregarse de Cataluña. Es decir, que ni ellos mismos se creen esa patraña del derecho a decidir. Es el obsceno montaje de quienes se han anexionado virtualmente las Baleares, Valencia, parte de Murcia y la franja oriental aragonesa dentro del delirio imperialista de los Països Catalans sin escuchar la decisión de sus habitantes.

Pero la argucia funciona y, cuando no están llevándose el dinero a Suiza o Liechtenstein, andan envalentonados los del cártel reclamando a gritos un referéndum de autodeterminación bajo esa tramposa envoltura. Porque existe ya una mayoría social en Cataluña favorable a la secesión según algunas encuestas y cuentan con ganarlo. Decía el rey Balduino que bastan veinte segundos de guerra para destruir a un hombre, pero se necesita veinte largos años de paz para crearlo. Pues bien, han sido muchos más de treinta los años de adoctrinamiento nacionalista, en las escuelas y a través de los medios de comunicación controlados por la Generalidad ―prácticamente todos―, que han producido varias generaciones de hombres y mujeres fanatizados en el pensamiento único y dispuestos para la batalla. Ahora es el tiempo de los frutos.

Engaños aparte, la verdad es que la facultad decisoria existe desde muchísimo antes de que los separatistas la invocasen espuriamente mediante su perversión del lenguaje: Artur Mas está decidido a sublevarse, y todos los días decide recortar en sanidad y educación para seguir tirando dinero en su costosísimo andamiaje identitario; y los votantes, por su parte, han decidido poner al frente de la Autonomía a unos maleantes. Por eso ésta es una sociedad enferma.