“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: a un tío huyendo a Bélgica escondido en un maletero después de proclamar la República Catalana; y a los tontos que dejó tirados, venerarle. He visto a ancianos y niños usados como escudos humanos el 1-O. Y a aguerridos almogávares ‘per la independència’, cagándose vivos ante el juez Marchena. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como empresas pierde Cataluña”.