Coincidiendo con el advenimiento de Joan Carretero, el otro candidato que ha dado un paso al frente en la mesiánica tarea de conducir al Pueblo Elegido hacia la Tierra Prometida de la secesión y podría obtener también representación parlamentaria en las próximas autonómicas según algunos sondeos, es Joan Laporta. Por la amplia proyección pública de su figura, una numerosa facción ha depositado esperanzas en este polémico ex presidente del FC Barcelona que exhibe maneras de playboy de urbanización y aglutina en sí idénticos ingredientes a los de su colega Silvio Berlusconi: fútbol, política y mujeres.
No es la primera vez que Laporta emprende una aventura electoral. En 1996, fundó el Partit per la Independència (‘Partido por la Independencia’) junto a dos escindidos de ERC: Àngel Colom y Pilar Rahola. La formación se disolvía apenas tres años después por el estrepitoso fracaso en los primeros y únicos comicios a los que concurrió.
Vuelve ahora a intentarlo desde una posición mediática incomparablemente mejor. Él es el presidente que más ha politizado la institución azulgrana, utilizándola como activa plataforma del separatismo. Y el que más ha difundido sus posturas personales catalanistas también. Un catalanismo que sin embargo no le llevó a sacar al Barça de la Liga española de fútbol. Ni a preferir el cava de su amada tierra en vez del caro champán francés Mumm que se tiraba encima en la discoteca Luz de Gas para celebrar las victorias de su equipo (la misma marca que está degustando en la foto, mientras ejerce de Don Joan Tenori con esta joven de 22 años llamada Sana Khouja).
Mas si el otro día decíamos de su rival Joan Carretero que no se presenta a las urnas ligero de equipaje en cuanto a escándalos y procesos judiciales, éste de hoy trae maletas para parar un tren y veremos si al final no termina hospedado en el Rejas Resort. Fue acusado en 2009 de espionaje y escuchas ilegales a cuatro de sus vicepresidentes. Y por esas mismas fechas, una supuesta ex amante brasileña, de nombre Flavia Massoli, copó las páginas de la crónica rosa con detalles de su relación al tiempo que le interponía una demanda por despido improcedente de su puesto en el club, donde estaba percibiendo 2.541 euros mensuales.
Aunque peores tragos le ha deparado 2010 a nuestro galán. El socio barcelonista Lluís de Val denunció irregularidades inmobiliarias en la compra de unos terrenos en Viladecans: de las 30 hectáreas adquiridas en 2007 por 18,5 millones de euros, precio 4 veces superior al de mercado, 27 resultaron inservibles para la edificación del complejo lúdico que se proyectaba porque están enclavadas en una reserva natural. Meses más tarde, el pasado 18 de octubre, el agente Bayram Tutumlu reclamaba judicialmente 10 millones de euros al ahora candidato a presidir la Generalidad, por presuntas comisiones de intermediación en Uzbekistán. Precisamente bajo el títular «Laporta y la diva uzbeca: el presidente del Barcelona ha hecho negocios con la hija del presidente del régimen del país asiático y uno de los peores tiranos del mundo, donde existen la tortura y el esclavismo», John Carlin había publicado el 9 de mayo de este año en El País un sustancioso reportaje sobre sus andanzas en la mencionada ex república soviética, con párrafos tan espeluznantes como el siguiente:
«El régimen que preside su padre es considerado por las principales organizaciones internacionales de derechos humanos como uno de los peores del mundo. Más allá de la tortura, el asesinato y la intimidación como herramientas institucionales de persuasión, con el fin de perpetuar el poder y la riqueza de la élite de Gobierno, lo que distingue a Uzbekistán es el abuso sistemático de los niños, millones de los cuales han sido obligados a trabajar como esclavos en la cosecha del algodón, principal fuente de ingresos del “atroz” “mafia estado” uzbeco, según la definición del último informe sobre el país de Human Rights Watch».
La auditoría encargada a KPMG por el presidente entrante Sandro Rosell revela que la junta directiva laportista, tras siete años de mandato, ha dejado unas pérdidas de 48,7 millones de euros en el club deportivo. Más de 3 de esos millones (insuficientemente documentados a nivel contable, informa la prensa) se pagaron a detectives y empresas de seguridad en sólo tres años, al margen del coste de los servicios de vigilancia propios con que ya contaban las instalaciones. Han aparecido además astronómicos gastos de la temporada pasada en alquiler de aviones privados (362.000 euros), catering (576.000), entradas a un concierto de U2 para amigos y familiares (90.000), joyerías (420.000), marisquerías, hoteles, cigarros puros, perfumes y locales nocturnos, por citar algunos.
En la asamblea de compromisarios del Barcelona celebrada el 16 de octubre, la mayoría aprobó que los tribunales decidan si Joan Laporta se ha pegado la gran vida a costa de los socios. El 28 de noviembre los electores de Cataluña tenemos que decidir si en adelante se la va a pegar a costa del contribuyente.
Muy buen artículo
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