13 AÑOS DE CRÓNICAS EN ‘CATALIBANES’ 

27 de noviembre de 2020

Cuarta navidad en prisión, Jesús ha nacido

Ingenioso, divertido, incisivo, mordaz. ¡Magistral! Desde el Diari de Girona, Albert Soler ha vuelto a hacerlo y nos regala otra magnífica columna, titulada: «Quart nadal a la presó, Jesús es nat». Publicada hoy, día 27 de noviembre de 2020, y cuya traducción desde el catalán queda así:
«Se acerca la Navidad y con esta los buenos deseos, así que ya nos están recordando que hay presos que hará cuatro años que no pasan estas fiestas en casa. Nada nuevo. El año pasado nos decían que hace tres Navidades que no están en casa, y el anterior, que parece mentira que tengan que pasar otra Navidad lejos de los suyos, que ya van dos. El año que viene, si Dios quiere, nos dirán que es injusto que pasen por quinta vez Navidad lejos de la familia. Etcétera.
»Cualquiera diría que son los únicos presos que celebran la Navidad entre rejas. De hecho, es donde están más seguros hoy en día, con todo esto del coronavirus. Desde el momento en que los encuentros familiares se han convertido en el foco de infección más probable, poder celebrar el cumpleaños del Señor con compañeros de celda que han pasado todas las pruebas de PCR debería ser una bendición, no sé por qué lo toman como un castigo. Además, en las cárceles ni siquiera se fuma, con lo cual no les puede pasar lo que me pasa a mí cada vez que voy a la cena de Navidad en casa de la familia de mi señora y me toca entre dos fumadores de cigarro. Me cambiaría el lugar por Junqueras o Romeva, si pudiera, y perdón que no mencione a los demás, pero es que ya no recuerdo el nombre. Aleluya.
»Creo que el problema de nuestros presos, y digo nuestros porque nos los repiten tanto que ya parecen de la familia, es que no entienden el significado de la Navidad. Se le toman como una fiesta, como una ocasión para beber y comer sin freno como si no hubiera un mañana, excepto Junqueras, que según se deduce de su aspecto lo hace cada día sin necesidad de una Navidad en el calendario. No es eso. La Navidad, y el cura de la prisión se lo podría explicar, es una celebración interior, y en ningún lugar mejor que en una celda para vivirla místicamente. Ni san Juan de la Cruz ni santa Teresa de Jesús contactaron con Nuestro Señor bebiendo cava y comiendo turrones con la familia, ni cantando villancicos con parientes insoportables, sino que llegaron a la Gracia divina gracias a la soledad y el estoicismo, una oportunidad que la justicia ha ofrecido gratuitamente a nuestros presos y que estos deberían valorar. En lugar de lamentarse, deberían pensar en cómo son afortunados, cuando hay gente que paga por recluirse unos días en la celda de un monasterio y ellos ya llevan tres años haciéndolo a cargo de los presupuestos. La noche del 24 de diciembre no deben pensar sólo en el encuentro familiar que se ahorran, deben mirar aquella estrella en el cielo y tener presente que su sacrificio no ha sido en vano: en Waterloo los hay que viven a cuerpo de rey gracias a ellos. Te damos gracias, Señor».

Carles Puigdemont baila sardanas frente al Atomium, en Bruselas, el 8 de septiembre de 2019

«Los catalanes que reclaman para los presos —para algunos presos, no para todos— la libertad, aunque sea disfrazada de tercer grado, los están abocando al infierno. Es en prisión, entre rejas y con un menú sin alcohol, donde pueden reflexionar, entender qué han hecho mal en la vida. Cuando se repitan a sí mismos «lo volveremos a hacer», deben saber que cada año, cada día, queda menos gente que sepa a qué demonios se refieren, ya casi nadie recuerda qué hicieron y, lo que es peor, a nadie le importa. Acostumbrados a ser obedecidos sin protestar y a tenerlo todo, tener que obedecer sin protestar y valorar como un regalo del cielo un rato de más en el patio de la prisión, debe ser como encontrarse de golpe en el paraíso. Dejadlos disfrutar. Amén».

19 de octubre de 2019

La proposición

—¿Os apetece una velada íntima y una cenita con un buen fuego esta noche, en mi casa?
—¡Venga!

Barcelona, octubre de 2019

9 de septiembre de 2019

El hundimiento

“¡Me lo quitan de las manos, oigaaaaaa! ¡Y no lo vendo ni por 10, ni por 9, ni por 8! ¡Ni por 7, ni por 6! ¡A 5 euritos solamente! ¡A 5! ¡Por poco más de lo que...! Toma este globito, niño. ¡Por poco más de lo que vale un café, ahora puede ser suyo! ¡El milagroso Linimento del doctor Puchi contra el reuma, la calvicie, el acné, los dolores de espalda y las hemorroides; que sirve también para engrasar las bisagras y quitar el óxido de la bicicleta! ¡Me quedan pocos frascoooos!”.

Concentración organizada por Carles Puigdemont el domingo 8 de septiembre de 2019, en Bruselas, delante del emblemático
monumento Atomium. Con motivo de la mal llamada ‘Diada nacional [sic] de Catalunya’, una victimista conmemoración anual
de la invasión española de Cataluña que jamás sucedió. ¡Atención a las del tutú, atención!

31 de mayo de 2019

La gran estafa

Enésima imbecilidad (ahora también llamadas: performances) escenificada por el separatismo; como siempre,lúgubre y victimista.
Esta vez ha sido en la Plaza Mayor de Vich, municipio de la provincia de Barcelona, el pasado domingo, día 26

«✔ Te dijeron que era un referéndum válido (no lo era).
✔ Te dijeron que ya tenían estructuras de estado (no las tenían).
✔ Te dijeron que en 18 meses habría independencia (mintieron).
✔ Te dijeron que harían DUI (ahora dicen que es “simbólica”).
✔ Te dijeron que no se irían empresas (se fueron).
✔ Te dijeron que habría reconocimiento internacional (no hubo ni uno).
✔ Te dijeron que todo era legal (no lo era).
✔ Te dijeron que la UE apoyaría la independencia (todas las instituciones en contra).
✔ Te dijeron que en caso de independencia seguiríamos en la UE (la UE dice lo contrario).
✔ Te dijeron que restablecerían al “gobierno legítimo” (no ocurrió).
✔ Te dijeron que el ejército intervendría (era mentira).
✔ Te dijeron que la ONU había denunciado a España (era trola).
✔ Te dijeron que Puigdemont era “finalista” al Nobel de la Paz (jamás ocurrió).
✔ Te dijeron “votad a Puigdemont que vuelve” (nunca volvió).
✔ Te dijeron “haremos a Puigdemont President de nuevo” (él mismo renunció).
✔ Te dijeron “el 21D seremos ingobernables” (Cataluña pasó del tema).
✔ Te dijeron “saca el dinero del cajero y así la economía colapsa” (era fake).
✔ Te dijeron “haremos huelga y pararemos Cataluña” (fue un fracaso).
✔ Te dijeron “montaremos La Crida” (otro fracaso).
✔ Te dijeron que abandonarían el Congreso en 18 meses (ahí siguen).
✔ Te dijeron que España no es una democracia (ahí sigue como democracia plena en los rankings).
✔ Te dijeron que el independentismo era mayoría (jamás superó el 50% en ninguna convocatoria electoral).
✔ Te dijeron que Puigdemont podría entrar en el Parlamento europeo como perico por su casa (la realidad es que no les dejaron recoger ni la acreditación provisional a Puigdemont y Comín).
Se acumulan las mentiras del procés».
Con el título La gran estafa, colocado sobre el fondo de una bandera separatista o estelada (‘estrellada’), esta lista que reúne con concisión los hitos propagandísticos del imponente timo procesista, está circulando, tal cual, por redes sociales. Su último punto hace referencia al esperpéntico episodio protagonizado antes de ayer por Carles Puigdemont y Antoni Comín en Bruselas, cuando a ambos se les impidió la entrada en la sede de la Eurocámara por carecer de actas de diputado.

16 de abril de 2019

Los hijos del odio

11 de abril de 2019: la asociación de estudiantes constitucionalistas S'ha Acabat (‘Se ha acabado’) tiene programada una conferencia sobre nacionalismo y populismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Contará con la participación de Cayetana Álvarez de Toledo, junto a los dirigentes del Partido Popular Alejandro Fernández y Josep Bou; de la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundúa y del candidato por Ciudadanos Manuel Valls, así como de miembros de Sociedad Civil Catalana.

Dos centenares de separatistas que aguardaban a las puertas del auditorio, forcejean violentamente para impedirles el acceso. Les chillan, les insultan, les acometen, les empujan, les zarandean. Luchan por aproximarse lo bastante para propinarle a alguno una ración de democracia. Incluso hay tirones de cabello a la susodicha Cayetana. Y escupitajos. Escupir como las llamas es una forma de vejación que se ha popularizado entre estas turbas. Y que descarna el meollo de toda su impostura, porque lo que les brota de los labios no es la tan publicitada revolución de las sonrisas, sino un inmenso gargajo.

Mientras atacan, corean: «Fora feixistes de la universitat!» (‘¡Fuera fascistas de la universidad!’). A modo de consigna, con tintes de excusa. Enarbolando ese grito como una especie de justificante o de salvoconducto hacia la ferocidad. Tachar de fascista al otro es el pretexto que los fascistas se han buscado para partir cabezas.

Son los hijos del Espanya nos roba y del vivimos esclavizados; del somos una nación oprimida bajo un Estado colonizador. Crepitando en un incendio prendido hace décadas por una familia de ladrones, que incesantemente atiza un racista deforme puesto al frente de la Generalidad por otro, que es golpista y está fugado en Waterloo («Llevamos dos generaciones educadas en el odio a lo español y eso es irrecuperable». Albert Boadella. Agencia EFE, 22-05-2018).

Lejos de condenar la agresión, la Consejera del Gobierno autonómico Laura Borràs se jacta públicamente y advierte:
«Hay gente que busca problemas, y cuando buscas problemas, los encuentras».
No cabe más cinismo, resulta imposible exhibir mayor maldad. Según ella, expresarse, opinar, es provocar. Los nacionalismos no tienen disidentes; sólo enemigos, a los que cosifican y para quienes se decreta la eliminación física o la muerte social. Y aquí y en Europa sigue habiendo gente que no se quiere enterar.

Ángel Salazar sangra en el suelo tras sufrir el impacto de una piedra lanzada por terroristas urbanos organizados bajo las siglas CDR,
el pasado 30 de marzo, en Barcelona, cuando se dirigía a un mitin de Vox acompañado de otro miembro de una plataforma
que propone la custodia compartida de los hijos tras la separación conyugal

Al anochecer, la usuaria de redes sociales Vera Plath comparte en su muro su pesar:
«Hoy es un día triste. Pero, a lo mejor, ahora se entiende por qué mucha gente tiene miedo; por qué muchos no protestan; por qué tantos dicen que aquí no pasa nada...
»Vivimos en una dictadura cada vez menos camuflada, con una kale borroka alentada desde el gobierno catalán. Donde se nos castiga por pensar y hablar en nuestro idioma; donde se lava el cerebro a los críos desde su más tierna infancia; donde todos los medios de comunicación están manipulados para enfrentarnos... ya no con el resto de España sino entre los propios catalanes. Te odian por no adorar una bandera ideológica, pura insignia del odio. Te miran mal por comprar el periódico que te apetece. Te rayan el coche por no comulgar con su credo separatista. Desinfectan las calles que pisas. Te amenazan de muerte con una foto tuya acompañada de una bala en tu frente... Estamos envueltos en odio. De mucho odio. Así malvivimos.
»Y luego, desde fuera, nos preguntáis que por qué no nos quejamos.... ¿En serio? ¿EN SERIO?».
Sirve como epílogo de lo que ha pasado. Sirve como prólogo de lo que terminará por pasar.

26 de febrero de 2019

Liantes, siniestros y golpistas

El pasado 13 de febrero, ese que nos llama «bestias con forma humana» y dejó diagnosticado que arrastramos una tara en nuestra «cadena de ADN» (aunque luego no le haga ascos a cobrar 152.861'54 euros anuales del dinero de todos los españoles, de los impuestos pagados en Málaga o Valladolid; un sueldo que representa casi el doble que el del Presidente del Gobierno de España), volvió a intentar timarnos retorciendo el lenguaje hasta sentenciar que la democracia está por encima de cualquier ley. Fue en el programa de Onda Cero Más de uno, donde su presentador y director, Carlos Alsina, vapuleó sin miramientos a Quim Torra haciéndole caer en sus propias contradicciones y descarnando lo mendaz de su discurso.

Formalmente, ese razonamiento del títere movido por Carles Puigdemont desde Waterloo podría parecer impecable. Mas no deja de ser una tramposa obscenidad. Porque plantea una dicotomía entre democracia y legalidad que no es tal en los sistemas parlamentarios, donde esta es consecuencia de aquella: las leyes emanan de la voluntad popular. Empezando por la Carta Magna, situada en la cúspide de la jerarquía normativa y fuente de todos de los poderes del Estado (incluidas las Autonomías).

Y por sus conocimientos como abogado, Torra lo sabía bien.

Pero frente a tan burdas manipulaciones, justamente ese día emerge el mensaje diáfano y elemental del fiscal Fidel Cadena desmontando las falacias separatistas, en el transcurso del juicio por el golpe de Estado que está desarrollándose en el Tribunal Supremo. De su memorable intervención, que se extendió durante 38 minutos, sobresalen estos tres del vídeo en que nos recuerda lo obvio. Esta es la transcripción íntegra:
«Hay una serie de verdades o posverdades en el proceso que no son ciertas. Son las formas de expresión que, repetidas mil veces, parecen equivaler a una verdad. Pero que no lo son en absoluto.
»Todo el sustento ideológico descansa sobre diferentes valores. Primero: que la soberanía reside en el pueblo español. Ese es un valor absoluto que está proclamado por la Constitución. No se puede sustituir la soberanía del pueblo español por la soberanía de ninguno de los pueblos que lo integren. La sentencia del Tribunal Constitucional de 25 de marzo del 2014 [1], claramente establece, anulando y declarando inconstitucional la resolución cinco barra de la legislatura once [2], que la soberanía del pueblo catalán no es posible; que la “Constitución parte de la unidad de la nación española, que se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, cuyos poderes emanan del pueblo español”, ¡del pueblo español!, “en el que reside la soberanía”. “La identificación de un sujeto” soberano distinto, de cualquier ente territorial, “dotado de” “condición de” “soberano”, resulta “contraria a las” normas y “previsiones de los artículos 1.2 [3] y 2 [4] de la Constitución”. “La unidad ideal de imputación del poder constituyente”, continúa la sentencia, es, de acuerdo con el “fundamento de la Constitución y del” orden jurídico, el soberanismo del pueblo español, “origen de cualquier” otro “poder político”. Un acto de soberanía que otorgase la condición de sujeto jurídico de soberanía a cualquier ente territorial menor, no podría dejar de suponer la exención simultánea y laderación de esa soberanía al resto de los pueblos que constituyen España».

Corte de la carretera C-35 con neumáticos y palés ardiendo a la altura de Santa María de Oló, dirección Manresa. Uno de los muchos
provocados horas antes del inicio del juicio por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), para coaccionar

«No hay pues una soberanía catalana, hay una soberanía española. Y está proclamada por la Constitución. Y por su intérprete máximo y único, el intérprete auténtico, que es —como digo— el Tribunal Constitucional. Esa soberanía del pueblo español ya ha sido resaltada. Se respeta en Italia y se respeta en Alemania. Y cuando el Tribunal Constitucional italiano o el Tribunal Constitucional alemán dicen [sic] que la soberanía reside en todo el pueblo alemán o reside en todo el pueblo italiano, se acaba la pretensión de la Liga Norte del Veneto o de Baviera. Y a nadie se le ha ocurrido tachar, ni al Tribunal Constitucional italiano, ni al Tribunal Constitucional alemán, ni al Estado español, ni al Estado italiano, ni al Estado alemán, de Estados opresores contra el orden democrático. Esa aceptación absoluta de esa verdad justifica la bondad democrática de esos pueblos que están tan próximos a nosotros en el entorno occidental.
»No hay pues soberanía del pueblo catalán, hay soberanía del pueblo español. Aunque no existe el derecho de autodeterminación, y así ha sido puesto de manifiesto, el Tribunal Constitucional ha destacado también en muchas ocasiones (y concretamente en las sentencias de 2015 [5] y 2017 [6], que anulan las resoluciones, cinco once [7] la primera, y la ley 19 del 2017 [8] la segunda) que sí existe un derecho a decidir. Pero el derecho a decidir, en el marco de la Constitución, corresponde a todo el pueblo español. No puede otorgarse ese derecho a decidir fuera de los modelos previstos en la Constitución y en el artículo 168 [9] de la misma».
«No pueden unos pocos decidir sobre lo que es de todos», razonaba a continuación el fiscal Cadena, quien añadió:
«No hay legalidad democrática fuera de la legalidad constitucional. No hay atajos, no hay extramuros. Salir del ámbito de la legalidad constitucional es colocarse en el ámbito de la ilegalidad. Y colocarse en el ámbito de la ilegalidad propende al autoritarismo».

31 de enero de 2019

Una profesión antiquísima (IV)

«Política: conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado». Ambrose Bierce.
«Si hay un idiota en el poder es porque los que lo eligieron están bien representados». Apparício Fernando de Brinkerhoff Torelly.
«Tengo la cara agria, por eso tal vez dicen que soy un dictador». Augusto Pinochet.
«La democracia es una creencia patética en la sabiduría colectiva de la ignorancia individual». Henry Louis Mencken.
«Hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido». Konrad Adenauer.
«Han preguntado a las chicas de entre 20 y 30 años si harían el amor con Berlusconi. El 33% respondió que sí. El otro 67% contestó, ¿otra vez?». Silvio Berlusconi.
«La política es casi tan emocionante como la guerra, e igual de peligrosa... En la guerra sólo pueden matarte una vez. Pero en política, muchas». Winston Churchill.

En la Segunda Guerra Mundial, la maquinaria de propaganda nazi distribuyó pasquines que representaban a Winston Churchill como
un gánster, empuñando una Thompson ‘Tommy Gun’ con cargador de tambor, metralleta muy utilizada en los Estados Unidos por
los hombres de Al Capone y otras bandas criminales. En realidad la imagen había sido captada cuando el primer ministro
británico inspeccionaba las defensas costeras cerca de Hartlepool, al nordeste de Inglaterra, el 31 de julio de 1940

«No veo por qué tenemos que esperar y contemplar cómo un país se hace comunista debido a la irresponsabilidad de su pueblo». Henry Kissinger.
«El miedo es la base de la mayoría de los Gobiernos». John Adams.
«Ganemos o perdamos, nos iremos de compras después de las elecciones». Imelda Marcos.
«Creo que resulta irrelevante quién y cómo votará en el partido; lo verdaderamente importante es quién y cómo contará los votos». Iósif Stalin.
«¿Sabes lo que les pasó a los antiguos griegos? La homosexualidad los destruyó. Aristóteles era un homo, todo el mundo lo sabe. Sócrates también lo era... ¿Ves cómo acabaron los romanos? Pues los seis últimos emperadores de Roma eran maricones». Richard Nixon.
«Tenemos que tratar de no robar por lo menos dos años». Luis Barrionuevo.
«La diferencia entre democracia y dictadura consiste en que en las democracias primero votas y luego obedeces; en las dictaduras no tienes que perder el tiempo votando». Charles Bukowski.
«Nuestra moralidad está enteramente subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado». Lenin.
«Acá no se trata de sacarles a los ricos para darles a los pobres, como hacía Robinson Crusoe». Carlos Menem.
«El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas». Ernesto “Che” Guevara.
«Sólo Dios, quien me nombró, me va a quitar, no el MCD [Movimiento para el Cambio Democrático], no los británicos. Sólo Dios puede despedirme». Robert Mugabe.
«No estoy preocupado por el déficit. Es lo suficientemente grande para cuidarse solo». Ronald Reagan.
«Cuando tienes un Gobierno eficiente, tienes una dictadura». Harry S. Truman.
«La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación». Robert Louis Stevenson.
«El problema de las elecciones libres es que nunca se sabe cuál será el resultado». Vyacheslav Molotov.
«Ante Dios y el mundo, el más fuerte tiene el derecho de hacer prevalecer su voluntad». Adolf Hitler.
«Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan tranquila y delicada, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra». Mao Zedong.
«El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente». Lord Acton.


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